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Paysandú, Domingo 21 de Junio de 2015

Importancia del manejo de efluentes en predios lecheros

Rurales | 21 Jun El efluente generado en los predios de producción lechera presenta, más allá de las variaciones propias de cada predio, diferentes características generales que deben ser tenidas en cuenta, señaló en el marco de las 43ª Jornadas Uruguayas de Buiatría, el ingeniero químico Carlos Correa Inda, de la empresa Ingeniería Ambiental Sostenible (IAS).
Entre las mencionadas características, el “alto contenido de materia orgánica, de sólidos (suspendidos y sedimentables), de nutrientes (nitrógeno y fósforo) y caudales relativamente bajos fueron señalados. Debido a estas características es que, con tratamientos convencionales, este efluente solo puede ser dispuesto en forma amigable con el ambiente si es vertido a terreno en forma de un fertirriego.
El tipo de planta de tratamiento que se defina como alternativa permitirá realizar un vertido de todo el efluente generado o su reutilización parcial para lavado de zonas sucias del establecimiento, bajando la cantidad de efluente vertido y la presión sobre las fuentes de agua limpia con las que cuenta el establecimiento.
Correa Inda consideró que previo al tratamiento “pueden obtenerse mejoras en el efluente generado a partir de llevar adelante buenas prácticas de manejo que permiten minimizar el volumen y la carga vertida hacia la planta de tratamiento”.
Algunas de esas prácticas son el manejo adecuado del ganado, minimizar el tiempo de espera y la cantidad de estiércol que se deposita; limpieza de explanada en seco antes del uso de agua, usando el palón o algún sustituto (tractor con lampazo en parte delantera); separar el agua pluvial limpia que se genera en los techos del tambo y zonas cercanas al sistema de tratamiento.

ETAPAS DEL TRATAMIENTO
Respecto a las etapas del tratamiento, mencionó como primario la separación de sólidos de diferente entidad para su disposición o revalorización, con la distinción de tres elementos: reja gruesa, desarenador y separador de estiércol.
El tratamiento secundario tiene como objetivo “mejorar la calidad del efluente para su reciclado y vertido en las condiciones más adecuadas y está compuesto por una laguna de tratamiento biológico”.
La disposición final adecuada tiene como objetivo evitar o minimizar el impacto asociado a la disposición final de efluente tratado y el estiércol separado en el tratamiento.

TRATAMIENTO PRIMARIO
En este tratamiento se incluye una reja gruesa y un desarenador. Es una unidad con formato de rampa en la que se pretende retener piedras, arena y tierra, minimizando su acumulación en las etapas posteriores del tratamiento. Para simplificar su limpieza, que debe realizarse con tractor con pala, la unidad debe tener un ancho no menor a los dos metros y una profundidad que permita la normal entrada y salida del tractor.
Es importante recalcar que en esta unidad no se pretende separar estiércol, solo los materiales más pesados para que no interfieran más adelante en el tratamiento. La separación sólido/líquido es un proceso clave para asegurar el adecuado tratamiento del agua residual y la revalorización del sólido generado en el efluente. Existen varias formas de generar esta separación que difieren en varios aspectos: eficiencia del proceso medida como el porcentaje del sólido separado; humedad del sólido que determina el volumen a manejar y las condiciones de operación en dicho manejo, ya que una mayor humedad implica condiciones más complejas de manejo; costos de implementación y de operación del sistema; horas que se insumen en una adecuada operativa diaria y separación por decantación simple.
Es la forma más simple de generar la separación, usando un sistema en el que se logre la separación por diferencia de densidad (sólido más pesado que el agua).
Existen diversos tipos de decantadores, pero todos tienen las siguientes características: no requieren del uso de bombas; separación de baja eficiencia global (entre 60 y 70%); generan un sólido de alto porcentaje de humedad (mayor que el 95%); normalmente presentan costos de implementación bajos y promedio de horas alto en la operativa diaria para el mantenimiento adecuado.

SEPARACIÓN POR FILTRADO
La separación por filtrado es la forma más eficiente de generar la separación sólido/líquido, ya que se basa en la diferencia de tamaño entre los sólidos y el agua.
Si bien se pueden generar diferentes tipos de separación, las características generales son las siguientes: requieren del uso de bombas y equipos de separación; separación de alta eficiencia global (95% o mayor); generan un sólido de menor porcentaje de humedad; costos de implementación medios a altos; promedio de horas en la operativa diaria medio a bajo.

DOS TIPOS DE LAGUNAS
Correa explicó que existen, en las aplicaciones referidas a establecimientos de producción lechera, dos tipos de lagunas que forman parte del sistema de tratamiento: lagunas anaerobias (de baja superficie y profundidad útil mayor a 3 metros) y lagunas facultativas (lagunas de alta superficie y profundidad útil no mayor a 1,5 metros).
Si bien existen diversas visiones acerca del formato de este sistema de lagunas, se plantea como recomendación que esté compuesto por tres unidades de tratamiento: dos lagunas anaerobias y una laguna final facultativa. El tamaño de estas lagunas depende de varios factores que pueden estar o no presentes en los diferentes predios: volumen de agua usado en el lavado y de la carga generada (se usa barrido previo o no); si el lavado se realiza con mangueras o mediante inundación por reciclado de agua de la laguna final, en cuyo caso se suele usar un mayor volumen; zonas de explanadas de espera expuestas a la lluvia de las que se recogen los lixiviados hacia el sistema de tratamiento; existencia de playas de alimentación, de las que se deben captar los lixiviados de los pluviales; necesidad de acumulación de efluente para no infiltrar en momentos de lluvias o suelos saturados. De este modo, es muy simple ver que no pueden definirse tamaños estándar para las unidades, sino que quedan definidas en cada lugar de acuerdo con estos detalles.

PLAYAS O PLAZAS
DE ALIMENTACIÓN
Se trata de una realidad cada vez más instalada que da lugar a un impacto importante en el volumen y carga del efluente generado. Las tareas que deberían generarse para tratar de minimizar el impacto de este efluente son las siguientes: realizar limpiezas periódicas de la zona retirando el sólido antes de que sea arrastrado por la lluvia y limpiezas previas ante un anuncio de lluvia importante. El efluente generado debe ser vertido a la planta de tratamiento, ya que por mejor que sea la limpieza, siempre arrastra material en el lixiviado y no puede ser vertido fuera. Si las limpiezas son adecuadas, el material puede recuperarse sencillamente y el efluente puede no pasar por el sistema de tratamiento primario.

DISPOSICIÓN DEL
EFLUENTE TRATADO
Una vez obtenido el efluente que se pretende disponer, se deben considerar los siguientes aspectos para no generar impacto. Aplicación en forma rotativa en el predio, de manera de no generar acumulación de agua y nutrientes; no podrá realizarse en zona definida de recarga de acuífero.
Cuidar distancia de cuerpos y pozos de agua, para minimizar la posibilidad de un impacto sobre esas fuentes de agua. Para llevar adelante la disposición, existe información sobre las características del sitio.
Uso del suelo en la zona que será usada para la infiltración. Análisis de la topografía (pendientes, zanjas de pluviales naturales) para minimizar la posibilidad de la llegada de un escurrimiento a cursos de agua. Profundidad de napa, con el objetivo de prevenir la contaminación de esa fuente de agua.
Definir la tasa de infiltración de la zona a utilizar para el fertirriego. Generación de un balance hídrico que permita definir los momentos a infiltrar sin generar escurrimientos y lixiviados. Generación de un balance de nutrientes para establecer la rotación y las especies a plantar para retirar los nutrientes aportados, de manera de no enriquecer el suelo más allá de los límites planteados.

MANEJO DEL ESTIÉRCOL
El sólido generado debería ser sometido a un proceso de estabilización biológica antes de ser usado como mejorador de suelo, ya que de otra forma su incorporación al terreno es lenta y puede ser arrastrado por lluvias.
Este apilado dura, de acuerdo con la época del año, entre 3 y 6 meses hasta que esté maduro y pueda ser dispuesto en el terreno. Y debe ser realizado de forma tal que los lixiviados que se generen en forma espontánea o por lluvias sean conducidos a la planta de tratamiento. Si se incorporan a la mezcla restos de ración, de fardos, podas de árboles, entre otros, se enriquece la calidad del apilado, ya que el estiércol por sí mismo no es un sustrato equilibrado en sus componentes.


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