Paysandú, Domingo 05 de Junio de 2016

Solicitada

Locales | 29 May EL SANEAMIENTO DEL RÍO URUGUAY
Apelo una vez más a vuestras páginas para emitir algunas opiniones en este caso referidas al editorial titulado: “Proyectos que no pueden seguir esperando” en referencia al vertido a cielo abierto de efluentes cloacales sin tratamiento previo al Río Uruguay.
Estas reflexiones son a título personal, y las vengo reiterando desde el año 2005, cuando escribí un artículo titulado: “Río Uruguay: Una cuenca de importancia estratégica sin plan de gestión”. Son conceptos que he manifestado en seminarios, encuentros, talleres, etcétera, y también en el propio ámbito de la CARU cuando fui delegado (2005-2010). Los defiendo, desde la experiencia de otros continentes, sobretodo en Europa, donde las cuencas son gestionadas en base a un Plan de Desarrollo Estratégico.
Cada vez se toma más conciencia de la importancia de tener un río sano y evitar que en un futuro sigan avanzando los nutrientes que son causas de fenómenos de polución como las floraciones algales y otros que estamos sufriendo, siendo las descargas de efluentes cloacales e industriales uno de sus responsables.
Al respecto el organismo bi-nacional, se ha mantenido en la tesitura, manifestada en estas mismas páginas de que “la CARU actúa sobre consecuencias de hechos generados en tierra firme” y por tanto desde hace muchos años se limita a elevar a los Gobiernos solicitudes “para conocer la situación en que se encuentran los efluentes domésticos y sanitarios de cada una de las poblaciones asentadas a la vera del río Uruguay”, trasladando problemas a las autoridades competentes. Es la lectura de la letra fría de un Estatuto que tiene nada más ni nada menos que 41 años, elaborado en otro contexto histórico y con otras concepciones.
Esa idea del río como un cauce está caduca y hoy se concibe como un gran eje integrador. Ya en el año 2000 en una conferencia celebrada en Madrid se sostuvo: “El marco físico de actuación debe ser la cuenca hidrográfica ya que es el espacio geográfico en que interactúan la acciones humanas con la naturaleza”. Por tanto la CARU, organismo bi-nacional dotado de instrumentos jurídicos, buenos recursos materiales y humanos y con capacidad de convocatoria, en nuestro criterio debería tener una política de intervenciones que faciliten el logro de mejores niveles de calidad de vida de las poblaciones ribereñas a través del tratamiento integral y compartido de los problemas ambientales. Convocando por un lado a los organismos de ambas naciones que tienen
responsabilidades en cuanto a la protección ambiental del río, así como a gobiernos departamentales o provinciales, y por otro lado a instituciones de la sociedad civil, para conocer y dar respuestas a las legítimas aspiraciones de nuestras comunidades.
Se hace una crítica a OSE que desde hace 15 años “no concreta las plantas de tratamiento con el argumento de problemas presupuestales”. Lo cual es cierto y nos tememos que este año se reitere esta situación. Pero también es justo reconocer las inversiones que realizó el organismo en redes de agua potable y en obras de saneamiento, que en el caso de Paysandú, en el período
2005-2010, alcanzaron a más del 94% de la ciudad y barrios aledaños, para el bienestar y la salud de todos nuestros habitantes.
Preguntamos: si ambos países fueron capaces de grandes obras de carácter bi-nacional, como los puentes, la represa de Salto Grande, el actual de Plan de dragado bi-nacional, ¿cuál es el motivo de no tener también un gran Plan de Saneamiento Bi-Nacional, para el río Uruguay?
Esto no es novedoso, pues en la frontera seca, en las localidades fronterizas de Aceguá Uruguay y Aceguá Brasil existe un proyecto bi-nacional de obras conjuntas de saneamiento que es el primero en la historia del Mercosur.
Consideramos que las obras se podrían financiar con recursos compartidos de los dos países y parte de los que se obtienen del cobro de los peajes (se acaba de agregar un peaje sobre el puente de la Represa de salto Grande que administra CTM). Hay organismos como Fonplata, CAF, BID, u otros que pueden conceder préstamos a largo plazo para resolver de una buena vez este problema que se arrastra desde hace años. En recientes reuniones de la Hidrovía, intendentes de Entre Ríos y el propio gobernador anunciaron que han iniciado gestiones ante Fonplata para lograr financiamiento de las plantas de tratamiento en su territorio. A modo de sugerencia: ¿no se podrían llevar a cabo bajo la coordinación y administración de la CARU y hacerlas en forma conjunta con créditos de esos organismos e irlas concretando en ambas márgenes y por etapas? Arq. Rubens Stagno, exdelegado uruguayo en CARU.


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