Opinion | 03 Jul Días atrás el gobierno nacional informó sobre el inicio de una campaña de información a los consumidores uruguayos sobre los acuerdos alcanzados con cámaras empresariales e industriales para mantener estables ciertos precios de productos básicos de la canasta familiar, como es el caso del arroz, fideos y azúcar, entre otros.
La decisión se tomó luego de cierto tiempo de vigencia de los acuerdos y luego que el Area de Defensa del Consumidor recibiera denuncias respecto a que en ciertos lugares, fundamentalmente de la zona periférica de Montevideo y el Interior del país, había comercios que no cumplían con los acuerdos.
Ahora, el gobierno y el Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu) acordaron el lanzamiento de la «Bolsa Amiga», un surtido básico compuesto por aceite de soja, polenta, cocoa, fideos, pulpa de tomate, sal, azúcar y arroz a un precio de $ 150 y destinado a familias de menores recursos.
Según lo informado, se trata de productos de buena calidad, que se ajustan a los hábitos alimentarios de los uruguayos y que «gracias a la solidaridad de comerciantes y a la comprensión de varios mayoristas y fabricantes que adhirieron a esta iniciativa, se pudo llevar a cabo». Por esto mismo, y para que se cumpla a cabalidad el objetivo propuesto resulta fundamental que se asegure que en los ciudadanos de todo el país puedan tener acceso a este beneficio.
Asegurar la accesibilidad es un rol que debe desempeñar el Estado, de forma de igualar las oportunidades de los destinatarios de estos beneficios con independencia del lugar del país donde residen.
En un momento en que los precios de productos fundamentales de la canasta básica familiar han subido notoriamente de precio, resulta imprescindible que una vez que este tipo de iniciativas están acordadas se cumpla la letra en la realidad de cada día. Veremos esta vez qué pasa.