Paysandú, Miércoles 09 de Julio de 2008
Locales | 06 Jul Con sorpresa me he enterado de que el doctor Gros Espiell ha propuesto hacer respetar el derecho a la vida y los pactos internacionales suscriptos por Uruguay al respecto, despenalizando el aborto. Me pregunto cuál es la lógica que preside ese razonamiento. Igualmente ha tratado, dicen, de encontrar una postura intermedia entre los partidarios de la legalización y sus adversarios. Entre legalizar y no legalizar no parece que pueda haber postura intermedia. Y despenalizar es una de las dos posturas «extremas», entre despenalizar y no despenalizar. La única cuestión aquí es si el Estado va a tutelar o no el derecho a la vida de todos los seres humanos en el territorio de la república. Los derechos se tutelan con leyes que sancionan las violaciones a esos derechos. Quitar la sanción de la ley es dejar de tutelar el derecho a la vida en el Uruguay.
En este tema no puede haber más posturas que estar a favor del derecho a la vida de todo ser humano desde la concepción, o no. En este último caso, cae la base misma de la convivencia democrática y aún de la convivencia civilizada. Una sociedad que no respeta y hace respetar el derecho a la vida de todos los seres humanos, no puede ser un Estado de derecho. Una sociedad que acepta entrar en la pendiente resbaladiza del desconocimiento de los derechos humanos elementales ya no tiene dónde detenerse lógicamente, salvo en la catástrofe. Se habla de la «salud de la mujer» como motivo de excepción, sin decir que el concepto de «salud» que el mismo proyecto de ley maneja en su exposición de motivos («estado de bienestar bio-psico-social») es tan amplio que justifica cualquier pretexto para el aborto.
Con ese concepto en España las mujeres abortan porque el embarazo las deprime. En la práctica lo que el doctor Gros propone equivale a la legalización del aborto por la sola voluntad de la mujer, la liberalización pura y simple del aborto en el Uruguay.
En el colmo de la ironía, se habla de la «salud del futuro niño» ¡como motivo para abortar! No hay un futuro niño ni un futuro ser humano en el vientre de la madre, hay un ser humano presente, actual, en una etapa de su desarrollo. Pero sobre todo es macabro que se invoque la defensa de su salud como motivo para matarlo.
Este motivo de la «salud del futuro niño» implica además la más injusta discriminación contra los descapacitados. Digo «descapacitados»; porque me sobrepasa que se diga que «tienen capacidades diferentes» y después se proponga que puedan ser muertos por sus padres antes de nacer. Es además desconocer lo elemental del amor materno el pensar que normalmente una madre carecería de fortaleza para asumir la muerte natural de su hijo, luego de haberle brindado todos los cuidados posibles, hasta el punto de que sería preferible que ella misma decidiese su muerte y cargase con esa culpa para el resto de su vida. En nuestro país se está por decidir algo fundamental para el futuro de la sociedad uruguaya. A todos nos toca hacer lo que esté a nuestro alcance para evitar que el Uruguay deje de ser un país en el cual se respeta mínimamente el derecho a la vida. Néstor Martínez
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