Policiales | 08 Jul El autor confeso de un hurto perpetrado durante la madrugada del sábado en una finca de la zona Sureste de la ciudad fue puesto en libertad en las últimas horas por el magistrado actuante. El individuo, en compañía de un menor de edad, había hurtado dinero del dormitorio de una vivienda a la que había sido invitado a cenar por unas amigas.
Según información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el hecho fue puesto en conocimiento del personal de la División Hurtos el sábado por la mañana. En ese momento, una mujer se presentó ante la citada dependencia para denunciar que mientras se encontraba de viaje, desconocidos ingresaron a su domicilio y le hurtaron dinero.
El episodio comenzó el viernes por la noche. Según parece, cuando la dueña de casa decidió efectuar un breve viaje, su hija y una amiga aprovecharon la oportunidad para reunirse a comer pizza, invitando a un par de amigos a compartir la velada. Sin embargo, -relató la denunciante- al regresar a su casa el sábado por la mañana, comprobó que alguien había ingresado a su dormitorio y se había llevado una alcancía en cuyo interior se encontraban 500 dólares y 3 mil pesos. Una vez al tanto de lo sucedido, los efectivos de la referida dependencia efectuaron varias averiguaciones y determinaron que un joven de 18 años estaría involucrado en el ilícito.
Lo capturan
Finalmente, tras varias horas de búsqueda, lo encontraron en una finca ubicada en la zona de Costanera e Independencia. Antes de conducirlo al local policial, los funcionarios inspeccionaron su ciclomotor y recuperaron desde debajo del asiento un celular Sony Ericcson modelo J300 de color gris y bordeaux.
Una vez en la comisaría, el detenido negó en varias ocasiones su participación en el ilícito pero finalmente optó por relatar lo sucedido. Según dijo a la Policía, él y un amigo de 15 años fueron invitados por dos jovencitas a compartir una pizza en domicilio de una de ellas. En determinado momento, mientras transcurría la velada, su amigo le propuso hurtar una alcancía que acababa de ver en uno de los dormitorios.
Una vez en el sitio señalado, intentaron infructuosamente abrir el recipiente, por lo que optaron por ocultarlo entre sus ropajes y retirarse rápidamente del lugar para intentar abrirlo en otro sitio. Se dirigieron a la zona de Cerrito y Tacuarembó, cerca de la vía férrea y comenzaron a golpearlo contra un árbol pero nuevamente fracasaron, así que decidieron ocultarlo en una finca abandonada y regresar luego para intentarlo una vez más. Volvieron media hora después y lo trasladaron hasta la casa de la abuela de uno de ellos, dejándolo oculto hasta el otro día.
El sábado en horas de la tarde recuperaron la alcancía y se dirigieron hasta el patio de la Escuela Nº26, en José Pedro Varela y Francisco Bicudo, y comenzaron al golpearla con una piedra hasta que por fin lograron abrirla y hacerse con el botín. Repartieron el dinero y esa noche lo gastaron en bebidas, alfajores, cigarrillos y también «un porro».
Recuperó la libertad
El detenido entregó a la Policía el poco dinero que le había sobrado (80 pesos), en tanto la denunciante también reconoció el celular como de su propiedad. Sin embargo, el magistrado de Feria decidió devolverle la libertad, mientras que el menor involucrado -quien también había sido citado por la Policía-, compareció con sus responsables en la comisaría pero no llegó a prestar declaración.