Paysandú, Sábado 12 de Julio de 2008
Opinion | 06 Jul Controlar un paso de frontera no es tarea sencilla, y evitar por completo el contrabando y el tráfico de sustancias prohibidas resulta hasta ahora imposible para cualquier nación. Uno de los principales problemas para lograrlo es que, más allá de los artilugios de que se valen los delincuentes, todos los controles que se puedan instrumentar concluyen siempre en el factor humano. Que sabido es tiene falencias y debilidades.
Sin embargo, la tecnología actual es suficiente para minimizar estos riesgos sin necesidad de grandes inversiones. Bastaría con un buen sistema de cámaras de seguridad de alta definición bien distribuidas y controladas desde una central en Montevideo a través de Internet, y un escáner de equipajes con igual conexión. El sistema no es novedad en nuestro país y ya es usado por muchos empresarios que a través de la web vigilan el funcionamiento de sus comercios desde cualquier parte del mundo, aun mientras están de vacaciones o de viaje.
Implementado en toda el Área de Control Integrado del puente General Artigas, sería un factor disuasivo, pues quien se viera tentado a ingresar contrabando u ofrecer una coima sabría que el «Gran hermano» podría estar observándolo, mientras que desde un cómodo escritorio en la capital un funcionario podría verificar que los controles se realicen a conciencia así como interiorizarse del contenido de todo el equipaje que transportan los viajeros.
El sistema sería de gran utilidad para los propios aduaneros, que encontrarían en las grabaciones un respaldo en caso de que alguien se extralimitase y produjera un escándalo o algo peor. De igual manera se podría reconocer a los «viajeros frecuentes» que a diario —o varias veces al día— ingresan con sus bolsos repletos de mercadería en motos sin matrícula, o a aquellos vehículos que difícilmente superen las pruebas para obtener la póliza de seguro, así como «excursiones» que con llamativa asiduidad realizan algunas personas en coches de vidrios polarizados, a ciudades como Ciudad del Este o Cataratas del Iguazú, que apenas son controlados al ingresar a Uruguay. También mediante el escáner se podría saber qué productos ingresan por el contrabando «hormiga» de forma de establecer el impacto real de esa práctica en el comercio local.
No es la panacea y seguramente habrá quienes encuentren la manera de neutralizarlo, pero en todo caso es una herramienta económica que podría instrumentarse para mejorar los controles aduaneros.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Jul / 2008
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com