Deportes | 12 Jul Los autores del libro: «Soja transgénica y sus impactos en Uruguay; la nueva colonización», reafirmaron en Paysandú la problemática que ellos entienden se observa con este cultivo, en especial con la degradación de los suelos. Esto ha sido incluso demostrado por la Estación Experimental «Dr. Mario A. Cassinoni» (EEMAC) de Facultad de Agronomía, a nivel de agua, de biodiversidad, además del impacto socio-económico que causa.
El libro es una compilación de tres trabajos realizados el año pasado por un equipo de tres autores, integrado por Ignacio Narbondo, Gabriel Oyhanzábal y Diego Sancho, que realizaron estudios sobre el impacto ambiental en la salud humana y los impactos ecosistémicos de la soja. Lo complementa otro trabajo que caracteriza al complejo agroindustrial de la soja, efectuado en el segundo semestre de 2007, por iniciativa de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL). Respecto a lo que sucede con el impacto socio-económico, Oyhanzábal señaló a EL TELEGRAFO que «surgen factores como la poca generación de empleo, la expulsión de productores familiares y la no generación de un proceso de desarrollo, porque la soja es producida fundamentalmente en Uruguay por actores extranjeros, de forma muy concentrada (muy pocas empresas tienen la mayor parte del área) y la mayoría son de Argentina. Casi el 45% del área sembrada de soja está en manos de grandes pools de siembra de empresas del país vecino».
Entiende que esto genera «un escenario de poca distribución de la riqueza general. Además, un escenario en donde el Estado tiene un rol muy pasivo en la distribución de esa riqueza. La carga tributaria que hay sobre la producción de soja es reducida para el valor de riqueza del cultivo».
Receptividad
Sostuvo que la receptividad de la publicación «ha sido muy buena». Asimismo que «se comparten los análisis que se presentan y que están bien realizados, pero también están las voces discordantes y que tienen otra opinión al respecto, lo cual es totalmente válido». Precisamente se procura «generar discusión y debate, y poder ir enriqueciéndolo».
El estudio se refiere a la soja, teniendo en cuenta que Uruguay presenta la particularidad que el 99,9% es transgénica, elemento importante y determinante del paquete tecnológico.
Aclaró que el estudio «no se centra en la transgenia en sí. Este es un elemento más a estudiar como desencadenante de la expansión de la soja y como los posibles impactos que puede tener la transgénesis en elementos que están en debate».
Polémica
Sobre la transgenia las disposiciones «son amplias y polémicas». Para Oyhanzábal «al momento no hay investigaciones que demuestren que la transgenia que tiene la soja genere impacto nocivo para la salud, pero tampoco hay evidencia que esto no se genere. Algunos esgrimen el argumento del principio precautorio. Si la transgenia no es necesaria y podría llegar a generar un perjuicio, ¿es pertinente liberarla y que sea de amplio consumo? Discusión que está en el tapete».
Señaló que la transgénesis «fue desarrollada por la transnacional Monsanto como una actividad lucrativa y no para satisfacer una problemática social o del hombre».