Opinion | 14 Jul El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, recibió al intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, y a una delegación de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú que se opone al dragado del río Uruguay al entender que ello favorece los planes comerciales de la empresa Botnia, instalada en Fray Bentos. Según los asambleístas, acordaron con el gobernador entrerriano que no se dragará el río hasta tanto se resuelva la controversia binacional.
Américo Schvartzman, dirigente socialista de Concepción del Uruguay, advirtió que la postura del gobierno argentino solo perjudica a esa ciudad entrerriana. Manifestó que «la no concreción del dragado porque supuestamente beneficia a Botnia es tan absurdo como dejar de mantener las rutas porque por ellas pasan camiones que transportan eucaliptos». Considera que «hay que explicarles esa situación a los gualeguaychuenses».
El convencional constituyente socialista entiende que, con el mismo criterio del gobierno nacional, también podrían oponerse a la recuperación de la Ruta 39 entre Rosario del Tala y Concepción del Uruguay. «¿No sería irracional que esa obra se frene porque por allí pasarán camiones, que quizás lleven troncos de eucaliptos? ¿No sería un capricho absurdo e injustificable? Eso es lo que debemos explicarles a los amigos de Gualeguaychú: frenar el dragado, para el cual se aprueban desde 2005 los montos necesarios en el presupuesto anual, es tan absurdo como dejar de mantener las rutas para que no pasen camiones con troncos, que potencialmente violen la también irracional Ley de la Madera», dijo.
El gobierno argentino no ha dado explicación oficial acerca de la suspensión del dragado. Lo cierto es que su postura es incomprensible. Nuevamente permite que un grupo de personas tome las riendas y resuelva o tenga injerencia en decisiones que competen solamente a los gobiernos, provincial y nacional.
Y la posición de los asambleístas de Gualeguaychú afecta otra vez la vida de un país. Ahora contra los intereses de su propia región, de su propio país, de sus coterráneos. Nuevamente toman una postura incomprensible, irracional.