Paysandú, Viernes 18 de Julio de 2008
Locales | 15 Jul GUICHÓN (Por Ricardo Cattani).- El Festival de Cine Nacional «Luz, cámara... Guichón» finalizó con un éxito que superó las expectativas de sus propios organizadores.
Durante cuatro días la segunda ciudad del departamento vivió intensamente una experiencia digna del mayor de los aplausos. Los cortos y largometrajes proyectados en el remozado cine teatro despertaron elogios de los 1.200 espectadores que pasaron por sala desde el jueves a domingo. El evento, organizado por la Intendencia de Paysandú, los Centros MEC y el Instituto del Cine y Audiovisual del Uruguay generó un movimiento sin precedentes para este tipo de actividades, que ahora tiene la posibilidad de llegar al interior profundo.
Actores, realizadores y público vivieron una experiencia única, donde los espectadores tuvieron la oportunidad de conocer en vivo a los artistas uruguayos, quienes a través de sus trabajos son reconocidos en el ámbito internacional. Sin lugar a dudas la industria cinematográfica uruguaya está pasando por muy buen momento y si bien en alguno de los casos se trata de coproducciones ejecutadas con actores, productores y creativos de otros países, revela el crecimiento continuo que han tenido nuestros profesionales. La ficción, el thriller político y el documental muestran la capacidad creativa y el alto nivel de producción que los uruguayos han sabido llevar a la pantalla grande.
El festival cerró el domingo con la puesta del documental «D.F. Destino Final». Una necesidad emocional llevó a Mateo Gutiérrez a develar en un documental la imagen de su padre, Héctor Gutiérrez, para recuperar una figura convertida en mártir tras su asesinato en 1976 en Buenos Aires, junto con Zelmar Michelini, William Whitelaw y Rosario Barredo. «Destino Final», cuenta con entrevistas a personas que testimoniaron un momento u otro de la vida del ex presidente de la Cámara de Diputados asesinado por la dictadura.
Los realizadores
y los actores
Durante la cobertura del Festival, EL TELEGRAFO tuvo la oportunidad de entrevistar a algunos directores y actores que participaron en el evento, descubriendo así sentimientos y estructuras de trabajo que realizadores y protagonistas viven al momento de reconstruir historias o rescatar la idiosincrasia de los escenarios y sus personajes.
Marcelo Casacuberta, realizador del documental «Río de los Pájaros Pintados», confesó que sus estudios en biología, sumado a su experiencia fotográfica y video en medios de comunicación lo llevaron a juntar las dos cosas. Poder darle vida a la fotografía y la fauna y a la vez ver que no había a nivel de la oferta televisiva nacional material de fauna autóctona. «Uno puede ver a través del cable fauna de todo el mundo, menos de la nuestra, y este material procura balancear en cierto modo ese desbalance. Comencé a filmar sin un propósito muy claro de cómo lo iba armar. No hubo libreto previo. Más que nada yo quería mostrar el comportamiento animal. Como cazaba, como atraía a su pareja o como criaba a sus pichones. Después de generar varias horas de video empecé con el guión de cómo armarlo. Se nos ocurrió hacerlo a través de un viaje en canoa, atravesando el país y aprovechando la red fluvial».
Ese fue el hilo narrativo mostrando los diferentes ecosistemas. La pradera, el bosque, el bosque de quebrada, bañados, hasta terminar en la costa del mar. «Fue un verdadero aprendizaje. Tuve la responsabilidad y desafío de hacerme cargo de cámara, dirección y guión. En cuanto al filme no lo hice pensando en el público, sino convencido de que lo que hago lo hago bien y después rezar. Pero confieso que la fórmula ha dado muy buen resultado».
Casacuberta afirma que el documental «fue hecho pensado - de alguna manera - en que tuviera un uso educativo en los liceos. Sin llegar a ser una película didáctica o escolar. Es un filme divertido porque lo pueden ver tanto personas mayores como jóvenes y adolescentes. El público no tiene que manejar información técnica para poder disfrutarla».
Finalmente el director de «Río de los Pájaros Pintados» fue claro al expresar que «el cine uruguayo pasa por un muy buen momento, si tomamos como referencia el número de producciones. Desde que se hizo «El Dirigible» se hacían una producción cada dos o tres años. Hoy se generan cinco o seis películas por año, con buena difusión», finalizó.
Por su parte la primera actriz uruguaya Roxana Blanco, protagonista de «Matar a Todos», hizo referencia a las características del papel que le tocó en el referido filme, basado en el resonado caso del químico chileno Eugenio Berríos. Blanco relató que «en primer lugar me enfrenté al horror del caso y a la desinformación existente en mi generación sobre nuestras propias historias. Si bien conocía el caso, una vez que el libreto me permitió investigar, no podía creer los detalles siniestros, y el no acceso a la información posteriormente en plena democracia. Fue un trabajo intenso. En cuanto al libreto, se fue haciendo sobre la marcha, porque el director es el que tiene la historia, lo demás se va construyendo a medida que avanza. Es un trabajo muy distinto al teatro», expresó.
Al cierre la directora de Cultura, Nelly de Agostini, adelantó el ofrecimiento de un ciclo de cine argentino por el consulado argentino en nuestra ciudad.
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