Locales | 14 Jul Una noche agitada fue la del 20 de diciembre de 1902 en la ciudad. Así lo documenta la crónica respectiva publicada el 22 por «El Paysandú»:
«Los incendios de anteanoche».
«La noche del sábado se produjo un incendio en la casa de negocios de don Pompilio Salvi, -situado en la calle 8 de octubre (Leandro Gómez) esquina Montevideo- que en término no mayor a cuatro horas redujo todo a cenizas».
«Serían la una diez minutos a.m. cuando se inició el incendio, siendo el G.C. (Guardia Civil) de la esquina de Sarandí, al hacer la recorrida de orden que al ver salir humo por las rendijas de las puertas y ventanas inmediatamente tocó el llamado de orden, concurriendo poco después un destacamento del Guardia de Cárcel cuyo cuartel queda a media cuadra de la casa incendiada, y el personal de las policías Primera, Segunda y Tercera».
«Casi simultáneamente al G.C. nombrado, una mujer inquilina de la casa en que estaba establecido el negocio, se había levantado alarmada ante el fuerte olor a humo y golpeó la puerta del cuarto en que dormía el dependiente Américo Castellanos, que se hallaba en cama enfermo».
«Este levantose, enfermo como estaba, y salió en unión de aquella a pedir auxilio en circunstancias que ya la policía hallaba en movimiento. La inquilina, cuyo nombre es Rosa Saporiti, dice que a altas horas sintió un ruido particular como de alguien que parte madera en astillas (ruido que produce la madera al ser atacada por el fuego). Asimismo no hizo mayor caso y prosiguió en su lecho, pero al poco rato despertó sobresaltada, al notar que el ruido seguía y sentíase un fuerte olor a humo».