Paysandú, Jueves 24 de Julio de 2008
Opinion | 17 Jul En los últimos siete años las tentativas de suicidio se incrementaron en un 84%, según cifras del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior.
A pesar de este gran aumento de intentos de autoeliminación, el suicidio es un tema del que se habla poco o directamente no se habla. Sin embargo, aún desde el silencio y aunque las cifras haya descendido un 2% los suicidios consumados y un 5% las tentativas, el asunto sigue siendo preocupante y Uruguay sigue siendo uno de los países de Latinoamérica con mayores tasas de suicidios.
Según datos del referido Observatorio, en 2007 se produjeron 2.216 casos, de los cuales 1.617 fueron tentativas y 599 resultaron consumados, mientras el año anterior la cifra alcanzó los 1.937 casos, de los cuales 1.383 fueron tentativas y 554 consumados. Según los especialistas, es difícil hablar de causas de este fenómeno en Uruguay fundamentalmente, porque se trata de un tema todavía bastante inexplorado. Por otra parte, nuestro sistema de salud no brinda aún atención específica para esta problemática, siendo pocas todavía las organizaciones que realizan prevención y brindan asistencia al potencial suicida en momentos en que una intervención externa puede resultar crucial para convencerlo de desistir de su propósito.
La Organización Mundial de la Salud sugiere seis medidas para prevenir el suicidio: el tratamiento de las enfermedades mentales, la destoxificación del gas de los vehículos de motor, la destoxificacion del gas doméstico, el control de la posesión de las armas de fuego, el control sobre la disponibilidad de las sustancias tóxicas y disminuir los reportes de las noticias sensacionalistas en los medios de comunicación.
Algunos países tienen sus propias estrategias nacionales para prevenir el suicidio, según sus propias particularidades. El nuestro todavía carece de una estrategia clara al respecto y de la adopción de medidas encaminadas a prevenir suicidios, a mejorar el diagnóstico y tratamiento de la depresión y de los sujetos con riesgo del suicidio por el médico general y en los centros asistenciales en general. El suicidio es una síndrome pluricausal, en el que no solamente intervienen factores sanitarios, sino también otros factores psicosociológicos de muy diversa índole, incluyendo creencias, cultura y filosofía vital. Es por ello que su prevención es compleja.
No obstante, no deberíamos resignarnos. Especialmente si tenemos cifras negras a la vista. Es necesario comenzar a hablar del suicidio de forma directa y profesional para ayudar a evitar el paso al acto. De hecho, siempre es mejor hablar antes de actuar, y con la ayuda de otro creemos que también es siempre posible aplazar la peor de las decisiones.
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