Locales | 20 Jul Pese al relato de los recuerdos del hijo de Andrés Lamas, la documentación existente establece que el reclamo de la devolución de la Bandera de Paysandú no fue planteado a la llegada del diplomático a Río de Janeiro sino meses después.
Estas son las notas intercambiadas:
«Legación de la República Oriental del Uruguay. Río de Janeiro, octubre 24 de 1866. La Comisión encargada por el señor Vicealmirante Vizconde de Tamandaré, de anunciar a S.M. el Emperador el resultado de la Convención de 20 de febrero de 1865, presentó a S.M. en esa ocasión, como trofeo de guerra, una Bandera Oriental».
«El símbolo de la Nacionalidad Oriental no podía constituir un trofeo de guerra sino en el caso en que esa Nacionalidad hubiera sido combatida y vencida».
«Y ese no era el hecho. Si lo hubiera sido, el Brasil no hubiera encontrado un solo oriental, que aceptando su alianza, uniese sus armas a las del Imperio».
«La verdad es que el Imperio, principiando por levantar la Bandera Oriental en lo alto de los mástiles de sus naves de guerra y contrayendo después alianza con los Orientales que llevaban la gloriosa Bandera de su Patria a las órdenes Exmo. Señor General Don Venancio Flores, la reconoció como Bandera amiga y aliada de aquella guerra».
«Ella, pues, no fue combatida, y, mucho menos fue vencida».
«¿Cómo hacer de ella un trofeo de guerra del Brasil?»
«Entretanto el deplorable error de apreciación que la presentó a ese S.M. como un trofeo brasileño, no solo desnaturaliza el carácter de la guerra de 1864-65, sino que ofende, y muy hondamente, el patriotismo y el pundonor de los Orientales que aliados al Brasil contribuyeron con su esfuerzo y con su sangre a arrancar esa misma bandera de las manos que valientemente la sostenían».