Deportes | 21 Jul Los guantes quedaron de recuerdo y el cinturón tiene un sitio especial en la casa. Mientras, la Playstation sirvió para terminar de poner en su lugar los sentimientos de todo tipo que afloraron horas después de que se transformara nada más ni nada menos que en la primera campeona mundial de boxeo que tiene Uruguay.
Pero Chris Namús se la tomó con calma. Ese festejo alocado arriba del ring brindó paso a la tranquilidad y a la posibilidad de asumir realmente lo que había logrado.
«Ahora sí caí. Fui al Estadio (Centenario) a ver a Peñarol, y toda la gente quería un autógrafo o una foto. ¿La verdad? Ahora me cayó la ficha de lo que alcancé», aseguraba entre risas la boxeadora que acuna el cinturón de la WIBA.
Fue la más buscada, aunque dice que las permanentes llamadas telefónicas (mientras hablaba con EL TELEGRAFO recibió otras cuatro) la llenan de satisfacción. «Estoy muy feliz. No me imaginaba nada de esto, porque hace poco que estoy en el boxeo. La oportunidad me llegó muy rápido y, más allá del título, fue algo emocionante ver el Palacio Peñarol lleno por una pelea de boxeo», asegura.
Christian comenzó a boxear hace cuatro años, y hace uno que se transformó en profesional. «Era consciente de que tenía pocas peleas, pero me llegó rápidamente la oportunidad de pelear por un título del mundo y siendo tan chica la tenía que aprovechar. Eso sí, nunca pensé que la pelea se diera como se dio y que mis manos surtieran efecto», reflexiona.
Namús confesó que el rápido desenlace del combate no estaba en los planes: «había visto a la mexicana (Perla Hernández) en los entrenamientos, y realmente es muy buena. Es buena boxeadora y ya de por sí, al ser mexicana, una toma sus recaudos. Además su entrenador tiene a dos campeones mundiales. Por eso la idea fue salir a boxear en largo, intentando hacerme respetar y que sintiera alguna mano. Pero nunca pensé que surtieran efecto tan rápido, porque la intención nunca fue tirarla. Pero aproveché la oportunidad, más allá de que fue toda una sorpresa».
¿Qué hace una boxeadora de 20 años con un título del mundo a cuestas, pocas horas después del festejo? Como está dicho, la Playstation es una fuerte aliada en las primeras horas de locura. «Ahora quiero festejar en familia, hacer cosas en mi casa porque me mudé hace poco y no he podido hacer demasiado, y quizá me vaya unos días a las termas, así que a lo mejor esté por Paysandú», dijo.
Chris parece haber asimilado las cosas de la mejor manera. No puede creer que todo el país estuviera al frente del televisor en la madrugada del domingo y agradece una y otra vez a todos los que la apoyaron, pero mantiene la cordura mientras habla con una sonrisa dibujada en su rostro constantemente, que puede imaginarse del otro lado del teléfono.
El objetivo está colgado en su cintura, y tras el descanso merecido Namús se planteará cuál es el siguiente paso en su carrera. S.T.B.
"ME PUSE EN SU LUGAR"
Terminó el combate. Namús levantó los brazos y segundos después corrió a abrazar a Perla Hernández, la mexicana que todavía sentía el efecto de los golpes. «¿Qué le dije? Que los verdaderos boxeadores son los que se levantan. La vi angustiada, con lágrimas en los ojos más allá de haber sentido los golpes, y me puse en su lugar. Le dije que estuviera tranquila, que tenía a todos en contra y que así es muy difícil. No me gustaría que a mi me dejaran sola y mi rival salga a festejar», dijo la uruguaya.
Ayer, Namús se trasladó al hotel donde estaba alojada su rival. «Le compré un presente y la fui a despedir porque se iba temprano. Es una chica muy humilde y sencilla por lo que pudimos hablar. Quedamos en contacto, pero tenía la idea de pasear con ella por la feria de Tristán Narvaja, aunque no pudo ser», agregó Namús. S.T.B.