Locales | 25 Jul El fin de semana en Guichón volvió a ponerse en la agenda pública la Ruta 4, sobre la cual se ha debatido en los sucesivos gobiernos centrales y municipales. Necesidades y demandas parecen diluirse ante el desafío de ciertos actores políticos y sociales, empecinados en hacer realidad un corredor vial que este gobierno no contempla en el plan estratégico de comunicaciones terrestres.
Con vehemencia y posturas encontradas ediles de Artigas, Río Negro y Paysandú debatieron sobre un tema que revela más un estado emocional que pormenorizados estudios técnicos.
EL TELEGRAFO entrevistó al coronel retirado Roque Moreira, de la Junta Departamental de Artigas, quien expresó: «Uno tiene que ser cuidadoso en las apreciaciones y más cuando se tratan temas importantes en los que existen distintos puntos de enfoque». «Llevamos casi tres cuartos de siglo y esa demora demuestra que ha habido desinterés de algunos gobiernos y gobernantes. Una cierta despreocupación, olvido o incomprensión de la significación del tema. Por otra parte y después de tanto tiempo, es importante ver la vigencia en la preocupación del ciudadano, que sigue siendo motivo de convocatoria en esta ciudad. Eso demuestra la vitalidad de un proyecto que arranca en la década de 1940, cuando se establece en la cartografía nacional —en 1944— la incorporación del diseño de la Ruta 4».
«Eso ya de por sí está marcando su significación y por eso tiramos la piedra a la claraboya y me traiciona mi filosofía nacionalista rescatando una expresión de Luis Alberto de Herrera, que tiene más de medio siglo. Cuando algo está quieto, está chato, tirar la piedra a la claraboya causa conmoción. Hemos revitalizado este tema, porque los que empujamos este proyecto consideramos que tiene trascendencia. Es muy importante para Guichón, Paysandú y para los cuatro departamentos del litoral oeste. Y por encima de todas estas causas que son legítimas, es importante para nosotros —los de Artigas— que en esa compaginación de políticas de meridianos que a nuestro país le conviene tener, se entronca con el funcionamiento del Mercosur y del corredor bioceánico central, donde Uruguay también está metido. Integramos la comisión y hemos concurrido a todos los foros internacionales sobre el corredor bioceánico. Además, a Uruguay le interesa que esté en funcionamiento la hidrovía y las vías que tienen ese diseño Norte - Sur, y la ruta 4 es un caso típico de esa política de meridiano, que nos llevaría a conjugar las ventajas de un buen funcionamiento del corredor bioceánico central», puntualizó.
Consultado sobre el avance del transporte multimodal y la no existencia de estudios actuales que alienten al gobierno a replantear la necesidad de ocuparse de la Ruta 4, Moreira opinó: «Creo que este tipo de cosas no son antagónicas, tal vez sean soluciones complementarias. Ante la realidad podría llegar a haber un planteo de prioridades, y ya resultaría más difícil establecer por matices, cuál de ellas lo es más».