Locales | 01 Ago Tras seis meses de trabajo de investigación, el interventor del sector farmacia del HEL, químico farmacéutico Fernando Rodríguez, resumió los resultados del trabajo de reestructura que hubo de hacerse, que por ahora arrojaron una diferencia de 3.100.000 pesos en cuatro meses (cifras parciales) y tres funcionarios sumariados.
Recordaron que todo comenzó en octubre del año pasado, por denuncias de algunos funcionarios preocupados por las irregularidades administrativas o de manejo de los medicamentos. También llamaba la atención la cantidad de usuarios que se retiraban sin la medicación recetada. Eso llevó a que hubiera una investigación policial y judicial, que determinó hasta el secuestro del disco duro de la computadora para analizar los movimientos e investigar los posibles delitos.
El 10 de noviembre comenzó la intervención a cargo del encargado del laboratorio del HEL, Rodríguez. Al iniciarse el proceso, Farmacia tenía 26 funcionarios -hoy está con 22- «pero estaban mal distribuidos, y no se priorizaba la atención al usuario», dijo el técnico.
Se constató que el control de medicamentos, en despacho y en depósito, no estaba protocolarizado, es decir que no se llevaban a cabo todos los controles como era debido. Se procesaban «entre 1.600 y 1.800 órdenes (de medicamentos) por día, las que hoy llegan a 2.400». Enseguida se elevaron los detalles a Jurídica del HEL, la oficina de la abogada Cecilia Bottino.
AJUSTE POR INVENTARIO
Relató Fernández que uno de los artilugios que utilizaban los malos funcionarios, era el «ajuste por inventario, por el cual se corregía la cifra de existencias de acuerdo al stock». Puso como ejemplo que si en la computadora figuraba que debía haber 400 frascos de un medicamento, y había 25, se corregía la cifra en la computadora, pero sin aclarar qué había pasado con el faltante.
Eso era posible también porque los funcionarios manejaban el programa informático Winfarma de manera tal que fraguaban las cifras. Ahora, y merced a esta investigación, el sistema está siendo reformado o reconsiderado, ya que es el mismo que se utiliza en todos los centros del MSP del país, por lo que esos problemas en los registros debían ser urgentemente subsanados para evitar casos como el sanducero.
«El sistema informático mostró posibilidad de errores; es bueno pero muy complejo, y por esa misma complejidad se pueden cometer errores», afirmó.
«Hoy el movimiento de medicamentos es transparente», dijo Fernando Rodríguez, señalando que «hay un registro desde que ingresa el medicamento. Ya no se hace ajuste por inventario, sino que si hay diferencias se investiga. Generalmente es un error humano, por cambio de presentación. Por ejemplo, si eran cajas de 20 comprimidos y ahora vienen de 10, a veces no se cambia el número y luego se corrige».
En cuanto a las cifras de la irregularidad administrativa, dijo que «por ajustes en el inventario, entre el 1º de octubre de 2007 y el 1º de febrero de 2008, la diferencia es de 3.100.000 pesos».
OTRAS MANIOBRAS
Pero había también otras formas de manejar las cifras, como el sistema de medicamentos con fecha vencida, desde que se constató había varias cajas por un valor de 341.115 pesos de costo, medicamentos retirados del servicio sin saber dónde estaban por 221.440 pesos y cuatro cajas conteniendo sicofármacos y estupefacientes por 16.811 pesos. En el subprograma «canjes», que era medicación por vencerse que se cambiaba al laboratorio proveedor, aparecieron 371.000 pesos que no pudieron ser comprobados. Debe considerarse que las compras mensuales de medicamentos en el HEL ascienden a unos 2.400.000 pesos, «y ahora se entregan más medicamentos, hay un stock para cuatro meses y no fue necesario aumentar los montos de compra».
También precisó que «ahora hay más funcionarios en ventanilla, y un triple control de entrega: una ventanilla recibe, luego se registra en la computadora y la segunda ventanilla revisa los datos y entrega la medicación al usuario. No es infalible, pero es un manejo más responsable y cuidadoso», aclaró.
Fernández destacó el apoyo que tuvo de los funcionarios «por las situaciones particulares y un poco incómodas de los últimos meses». Reconoció que hubo problemas con algunos médicos que firmaban las recetas, y se constató «duplicación de órdenes o falta de registros», lo que habitualmente se toma como errores administrativos. También dijo que «se constataron problemas con envíos a policlínicas rurales, donde se llevaban más medicamentos de lo razonable».