Locales | 27 Jul — Buen día... ¿Esta es la casa del señor Chorretti ?
— Sí... ¿Qué deseaba?
— ¿El señor se encuentra?
— Eeeeh... ssssí. ¿Por qué tema era?
— Mire yo anduve averiguando y me dijeron que él fue el que me robó la moto. También me dijeron que si le doy unos pesos me la devuelve.
— Bien... saque número por favor... ahora le traigo un formulario para que me vaya llenando ¿Cuándo me dijo que se la robaron?
— El lunes, señorita, de enfrente a la Intendencia.
— ¿Y por qué piensa que se la robó el Sr. Chorretti?
— Mire señorita, yo fui por la policía y quedaron de averiguarme; después un vecino me dijo «andalo a ver a Chorretti que por 500 pesos te la devuelve».
— Bien... espere ahí sentada que ya la van a atender.
.........
— Treintaaaa, número treintaaaa, treintaaaa.
— Sssí, yo... permiso.
— ¿En qué puedo ayudarla señora?
— Mire don Chorretti, a mí me dijeron que usted me robó la moto y que si le doy 500 pesos me la devuelve.
— ¡Usted es una atrevida! ¡Usted me está faltando el respeto! ¡Usted es una sinvergüenza! ¡Cómo se atreve a reclamar una moto sin presentar pruebas de que era suya! ¿Usted se cree que yo voy a devolverle la moto al primero que venga a reclamarla?
— Disculpe, no quise ofenderlo... mire... aquí tengo la libreta de propiedad.
— ¡No diga pavadas señora! Esas libretas las vendo a 20 pesos.
— Vea... en esta foto estoy con la zanellita. Y con mi hijita menor... mire... ¡Miiire qué bonita! ¡Todita roja y con cubiertas nuevas!
— Señora... no sea absurda, cualquiera puede sacarse una foto con una moto ajena. Si realmente tiene algo de vergüenza, lo que tiene que hacer es traer dos testigos que me aseguren que la moto es suya. Otra cosa: no pueden ser familiares. La moto esta ahí, asómese por la ventana... esa, la roja... le falta un señalero pero le faltaba de antes, cuando yo la robé tenía uno solo.
— Bueno. ¿Para cuándo está dando número?
— Tiene que venir mañana a primera hora, damos veinte números para la semana que viene, traiga a los testigos...
— Muchas gracias señor.
— Bien... ¿algo más?
— Sí... antes de ayer me robaron una heladera Ferrosmalt de las viejas, hacía 30 años que la tenía ¿puede haber sido usted también?
— ¿Una verde clarito, verde agua?
— Sí, con manija grande y huevos en la puerta.
— Asómese señora por favor ¿la alcanza a ver allá en el fondo?
— Sí, pero hay más de 50 heladeras.
— ¡Ahh bueno! Si no es capaz de reconocer una heladera que vivió con usted 30 años, no debería haber venido.
— Sí... es aquella, la que tiene un gato durmiendo arriba.
— ¿Trajo el número de motor?
— 212-316
— Bien... déjeme ver... heladera... modelo 1970... huevos en la puerta... ehh, son 250 pesos señora. ¿Trajo en qué llevarla?
— No... pensé que la iban a dejar en el mismo lugar de donde la sacaron.
— Bien... se la llevamos nosotros. Espero que haya gente... mire que la garrafa que tiene en el fondo está regaladita. Ah... son 60 pesos más por el flete.
— ¿No podría ser mañana? Porque esta noche vamos a la marcha por la seguridad.
— Bien se la llevamos mañana. ¡Pocho... anotá, en la casa de la señora esta noche tampoco hay nadie!