Locales | 01 Ago Pregonar la palabra de Dios en estos tiempos es un desafío no menor para quienes asumieron ese compromiso.
Durante una recorrida por el interior departamental encontramos al sacerdote Zenón Carazzolo. Nació en Verona, Italia —«la patria de Romeo y Julieta»—, como menciona con una sonrisa.
Hace cuatro años que está en Uruguay y tras estar en varias localidades, tuvo una breve estadía en Paysandú hasta que finalmente se radicó en campaña. Argumenta que «cierto día el obispo de Salto pidió ayuda a uno de nosotros y por eso me vine para Paysandú».
«Ser sacerdote es algo que se va madurando paso a paso; ofrecer y dedicar la vida a Dios es un verdadero proceso y una elección de vida», relató con alegría. La misma que pudimos apreciar cada vez que la gente se le acercaba para saludarlo o dialogar unos minutos.
Con marcado acento italiano pero con una muy clara pronunciación del castellano Carazzolo comentó que llevar al medio rural la palabra de fe «significa un compromiso hacia el prójimo. Se trata de animar tres valores importantes: la libertad, la igualdad y la fraternidad».
«Esos valores son animados por Jesucristo, quien dijo que todos tenemos un padre en el cielo y que nosotros somos hermanos».
«Entonces se trata de formar en cada pueblo ese estilo de familia, de manera que las personas se sientan bien y seguros unos con otros y no encontrarse con personas que considera casi enemigos».
Lamentó que «la gente ha perdido parte de esa fe, debido al cambio de sociedad muy grande que hubo en los últimos tiempos. Imagine que todos estos pueblos estaban sin luz eléctrica, y al llegar ese servicio de energía, llegó la televisión. Ese medio propone un estilo de vida marcadamente individualista y menos solidario».
«Creo que esos medios de comunicación conspiran, en cierta forma, con la unión familiar, porque todas estas comunidades que estaban acostumbradas a las quermeses, bailes o actividades criollas, se encuentran con que de pronto le entra todo el mundo a su casa a través de un solo medio de comunicación».
Antes de terminar la charla se reiteró «convencido y preocupado porque las personas no pierdan el concepto de familia» a través de la palabra de Dios».