Paysandú, Lunes 04 de Agosto de 2008
Opinion | 04 Ago El jueves, delincuentes asesinaron a un joven cuando intentaban robarle en su comercio de un barrio montevideano. Al día siguiente, otro comerciante recibió disparos por la espalda cuando lo asaltaban en su comercio, también en un barrio montevideano.
Vidas que fueron arrebatadas, familias destruidas, rabia, dolor y una sociedad atemorizada de salir a la calle. ¿Qué opinarán de las últimas declaraciones de la ministra del Interior los familiares y amigos de estos comerciantes, que murieron mientras trabajaban porque delincuentes decidieron robarles el fruto de su trabajo?
La ministra Daisy Tourné aseguró que no seguirá una política de «tolerancia cero» pese a las críticas por la inseguridad. «Está evaluado mundialmente así. He concurrido a cuanto evento importante y de prestigio hay en la materia y he leído todo tipo de libros y consultado expertos y todos coinciden en que se está de vuelta de la tolerancia cero. Lo que ha generado es exclusión, discriminación contra determinados sectores por ‘porte de cara’», dijo a «El País».
Sabemos que hay arrebatos, rapiñas y copamientos en todo momento, en todo el país. Pero cuando la inseguridad alcanza a la etapa de cobrar las vidas, el tema debe ser considerado con otra seriedad. Se escuchan muchas críticas y seguramente será un gran tema en la próxima campaña electoral, durante la cual todos los políticos se subirán a este caballito para ganar votos. Sin embargo, son necesarias propuestas, más que críticas.
Al escuchar la expresión «tolerancia cero», algunas personas creen que se trata de una solución autoritaria y represiva. Por el contrario, su eje conceptual central es más bien la prevención y la promoción de condiciones sociales de seguridad.
Los profesores estadounidense James Q. Wilson y George Kelling realizaron en 1982 un estudio, conocido como «La teoría de las ventanas rotas».
Su trabajo sobre la criminalidad concluye: Que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores. Que si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí crecerá el delito. Que si se cometen pequeñas «faltas» y éstas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos, que serán cada vez mayores.
Bastante claro, ¿no?
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