Paysandú, Martes 05 de Agosto de 2008
Locales | 01 Ago El oficial en Higiene Ambiental del Ministerio de Salud Pública (MSP) Julio Batista trabaja para mejorar la calidad de vida y aspectos sanitarios en el interior rural. Sobre la calidad del agua que se consume allí señaló que «el agua, tan indispensable en la vida, muchas veces no está en sus condiciones óptimas en el medio rural. En nuestra campaña hay pozos y arroyos de los cuales el hombre se abastece diariamente, incluso afirmando que está muy limpia, clara y fresca. Ellos la usan para consumo, higiene personal e higiene de su vivienda, como así también riego y para los animales».
Consideró que «cuando el agua que consumimos no es potable, es decir que no está en condiciones óptimas, podemos contraer enfermedades, llamadas ‘de transmisión hídrica’, tales como hepatitis, diarreas y malestares estomacales, patologías que afectan mayormente a los niños, dado sus condiciones corporales y estado de nutrición. A veces presentan infecciones de piel porque en verano suelen bañarse en aguas contaminadas o cuyo origen no conocen. En fin, son variadas las situaciones que podemos encontrar y frente a ello nos plantean que no cuentan con agua de OSE. Por eso es importante saber que a pesar de que esté clara y limpia puede estar contaminada, es decir tener bacterias microscópicas y por tanto invisibles a simple vista. Esta contaminación puede provenir de cercanías de pozos negros, gallineros, establos, o bien de la falta de higiene de los baldes con que sacan agua de los pozos, que normalmente dejan en el suelo o de donde los animales y aves suelen tomar agua», aseveró.
«Para ello, un método sencillo y muy práctico es clorar el agua. Si hervimos el agua puede ser efectivo, pero requiere de grandes recipientes, combustible y el riesgo de quemaduras, principalmente cuando hay niños. La cloración requiere de un recipiente limpio de 100, 200 o 500 litros, con tapa, e hipoclorito de sodio —la clásica ‘lavandina’ de uso comercial— y se colocan 1 a 2 gotas por litro de agua a tratar. Para grandes volúmenes, los niños en su escuela realizan los cálculos por regla de tres. Luego se revuelve para homogeneizar. Es un método eficaz, práctico y que no lleva más de un par de minutos diarios».
«Porque es conveniente clorar el agua que se va a usar en el día. De esta forma se puede contar con una fuente más fiable, ya que el método de colocar piedras de cal en el pozo hace una desinfección parcial y temporal. Mientras, la cloración es eficaz y sencilla, con el único cuidado de mantener la botella de lavandina fuera del alcance de niños», recomendó.
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