Deportes | 04 Ago Ciertamente que el partido no dio para mucho. Pese al afán de los actores, a su prodigación, el juego no pasó el nivel de discreto, incluso con pocas llegadas netas a los arcos.
De allí que el cero a cero entre Litoral y Centenario encuentre perfecta explicación.
Lo mejor del local estuvo en la primera media hora de juego. El buen trabajo de Víctor Rodríguez, moviéndose bien en las cercanías del área rival, buscando sociedad con J. Sena e Ifrán, aparejó algún riesgo para el rival, como en ocasión de que el arquero Rotundo debiera jugarse sobre sus botines para conjurar una peligrosa llegada. Después Centenario ajustó mejor las marcas, achicando terreno entre los zagueros y los volantes, y ya no hubo tanto espacio para la maniobra.
Después con el impulso de Silva, y el buen trabajo del lateral P. Rodríguez, le permitió a Centenario adelantarse en el campo.
Un remate de Alegre se fue desviado y otro de Silva tuvo el mismo destino.
El segundo tiempo fue parejo, con tránsito entreverado en el medio.
Cuando alguna pelota salió bien jugada hacia adelante, siempre aparecieron los defensas para llegar antes, cortar e impedir el tránsito hacia los arcos.
Empate justo, sin dudas. «Chapatín»