Locales | 04 Ago Pese a que las estadísticas gubernamentales siguen dando cuenta de un significativo crecimiento de la demanda, los indicadores que manejan las grandes cadenas de supermercados revelan que se está registrando una desaceleración en el consumo en esos centros comerciales.
Este dato surge de la facturación de las grandes empresas, y entre los principales ejecutivos de estas cadenas no se tiene claro el por qué de este marcado descenso.
El presidente del Centro Comercial e Industrial de Paysandú, Andrés Mannise, señaló a EL TELEGRAFO que tradicionalmente los meses de agosto y setiembre pautan una caída en la demanda del consumo, sobre todo de los artículos de demanda común.
Indicó que esta caída se perfila a partir de julio, luego del empuje temporal por el cobro del medio aguinaldo, que se manifiesta cada vez en menor grado, y en esta oportunidad evaluó que es posible que el descuento adicional por el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que hizo que numerosos trabajadores cobraran menos a fines de junio, haya retirado dinero de la plaza. También es el caso de la reliquidación de este impuesto para quienes tienen más de un empleo, de los que aproximadamente un 90 por ciento han quedado con deudas ante la Dirección General Impositiva, los que deben efectuar un único pago en setiembre o en tres cuotas consecutivas.
Mientras tanto, el presidente de la Asociación de Supermercados del Uruguay, Fernando Vieytes, dijo que las ventas del sector muestran una fuerte desaceleración, e indicó que mientras en el primer trimestre la facturación creció un 8,3 por ciento, este incremento fue del 4,5 por ciento en el segundo, en tanto en el tercero se situará en el 2 por ciento.
Admitió el empresario que «el tercer trimestre ha sido muy malo», con un pésimo comportamiento en julio y que no se encuentran razones para esta tendencia, aunque se especula con la incidencia del pago del IRPF y de la política de tasas del Banco Central.
Puntualizó el empresario que la desaceleración es un dato preocupante si se tiene en cuenta que las empresas enfrentan alza de costos, incluyendo el reajuste salarial de julio.