Locales | 08 Ago «Santa Isabel» es un establecimiento cercano al arroyo Carumbé y al cerro del mismo nombre. No fue fácil arribar al lugar, porque el camino estaba siendo sometido a trabajos de mantenimiento, pero valió la pena.
Esos campos fueron originalmente, por 1825, propiedad del Vizconde de Mauá. Posteriormente compró una de esas parcelas alguien de apellido Oliveira, a quien los Henderson adquirieron luego algunas áreas.
Edgardo Henderson es perito agrónomo, tiene 46 años y es hermano de Wiston y John, hijos de Walter Henderson y María Tettamanti. Nació en Salto, es padre de Frank (16) que cursa cuarto año liceal en el vecino departamento.
A muy temprana edad Edgardo comenzó a recorrer la campaña sanducera. Su familia siempre estuvo dedicada a la ganadería, e incluso compró un campo en la zona de Gallinal. Hasta que en 1998 optó definitivamente por dedicarse al tambo.
Obtuvo su título de perito agrónomo en la Escuela Agraria Jackson, de Montevideo. Luego vendría la experiencia de vivir todo el tiempo en el campo.
«Vivir acá es un placer, porque es donde uno se crió», dijo al tiempo que asentía con la cabeza. Remite leche a Conaprole y relata que le gustaría mucho que su hijo estudiara para ser contador, para tenerlo cerca suyo y administrar la producción familiar.
Dijo que en los alrededores del establecimiento viven poco más de 30 personas. Allí, los campos forestados por Colonvade pintan el territorio de un intenso verde.
En su vida tuvo muchas oportunidades, pero decidió continuar en el campo. «Usted sabe que ahora está mejor que antes. Aunque sostengo que se podría proteger de otra manera al chico y al mediano productor, porque el grande tiene otros recursos. No es lo mismo vender 10.000 kilos de lana que 100.000 kilos. La forestación a mí no me inquieta, porque es una realidad de estos tiempos. Pero sí discrepo con los lugares donde se ha forestado, porque entiendo que eso va en contra del Uruguay productivo del que el gobierno habla».
En relación a la producción lechera aseguró que «estamos en los promedios nacionales, de unos 15 litros por día. Es un buen número si tomamos en cuenta que estamos sobre suelo de basalto».
Paralelamente se mostró algo disconforme porque «los grandes de los alrededores no colaboran con el resto de los vecinos, como puede ser en caminería, una vía que utilizamos todos. Henderson cree que «hoy se está mejor que antes», ya que ha podido resolver parte de la deuda, aunque no está seguro que haya sido resultado exclusivo «del accionar de este gobierno o si la solución ya venía de antes». Destaca que hoy «se han dado muchas cosas positivas por la coyuntura internacional que viven los países de la región».
Entre otras consideraciones opinó que «no está de acuerdo con que se le dé dinero a los atorrantes, es un dinero que debería tener otro tipo de contrapartida de parte de los destinatarios». «Los derechos humanos tienen que ser parejos para todos».
«Además, en las ciudades la inseguridad se ha transformado en una costumbre y eso debe de revertirse a la brevedad. No viajo mucho a la ciudad, pero cuando lo hago tengo esa intranquilidad», concluyó.