Opinion | 14 Ago El Poder Ejecutivo se tomó en serio el cuidado de la salud del pueblo y remitió al Parlamento un proyecto de ley para restringir la venta de bebidas alcohólicas, prohibiéndose en espectáculos deportivos y culturales así como estableciendo fuertes restricciones a la publicidad y las discotecas.
En cuanto a las prohibiciones que establece este proyecto, la venta quedará prohibida en centros educativos y también en espectáculos deportivos, culturales y recitales de música. Esa prohibición alcanza a la zona de influencia del lugar donde se desarrolle el espectáculo en un radio de 500 metros, dos horas antes y dos horas después del evento. En los espectáculos deberá garantizarse la presencia de dispen- sadores de agua y se exigirá la venta de agua embotellada.
También se inhabilitará la posibilidad de comprar y consumir bebidas alcohólicas en quioscos, estaciones de servicio o locales de entretenimiento. En el proyecto se anuncia una fuerte regulación a la publicidad de bebidas con alcohol, y la limitación del horario de los bailes . También se prohíbe que la indumentaria utilizada para la práctica de deportes, presente promoción de bebidas alcohólicas, así como la asociación, vinculación o relación con las mismas.
Este paquete de medidas apunta a paliar una estadística negativa que se viene acentuando en los últimos tiempos y es el temprano inicio de adolescentes en el consumo de alcohol, puesto que actualmente a los 13 años el 57% de los estudiantes ya ha probado alcohol. Ahora bien, la prohibición de la venta en determinados comercios, como es el caso de las estaciones de servicio, hasta podría considerarse discriminatoria, lo mismo que poner horario de inicio y cierre a las discotecas. No es prohibiendo la venta de alcohol en una estación de servicio o pautando las horas que debe durar un baile que se disminuirá la inicidencia del alcohol en la juventud.
Lo que se debe hacer es hacer cumplir a rajatabla la prohibición de venta de bebidas alcohólicas a menores de edad, norma que ya existe pero se incumple. Una veda en los 500 metros alrededor de un espectáculo no impedirá que quien quiera tomar camine una cuadra y compre. Por otra parte, se deberá invertir en fiscalización puesto que en este tema la experiencia indica que si no hay control de la venta a menores, poco adelanto se puede esperar por más leyes que se voten.