Locales | 15 Ago No hace tanto tiempo que estaba ahí, pero de alguna forma ya era parte de la vida de Paysandú, sobre todo de noche y los fines de semana.
El carrito «El salserito», ubicado en Plaza Artigas y muy mejorado con construcciones que le daban más comodidad y baños, cerró anoche.
La titular de la concesión municipal entregó ayer las llaves del local y sus instalaciones a la Intendencia, previa confección de un acta. La concesionaria se presentó con un abogado a efectos de entregar las llaves del local -pese a que en realidad es abierto- ante la imposibilidad de continuar trabajando, y por la situación financiera del negocio, que era deficitaria.
Según reconoció a EL TELEGRAFO el director de Administración de la comuna, Gerardo Giano, ayer se efectivizó la entrega del local por la señora, acompañada de un profesional de las leyes.
Junto con dos abogados de la Asesoría Jurídica de la Intendencia, labraron un acta de entrega conjuntamente con un inventario de lo que quedó en el lugar donde funcionaba el negocio de minutas y bebidas.
Ya se venían dando distintas instancias en las que se habría refinanciado la deuda con la Intendencia, brindándose plazo y facilidades para el pago, pero obviamente no pudieron sostener la propuesta.
TAL VEZ, NUEVA LICITACIóN
«Se estudiará lo que podrá pasar ahora con ese carrito», dijo Giano sobre el destino que se le dará. «Probablemente se haga un llamado a licitación, si es que se mantiene allí. Es todo muy reciente, pasó hoy (por ayer jueves) y hay temas que estudiar», agregó.
Entre esos temas, aunque Giano no lo reconoció diciendo que no lo sabía, figuraría la situación en que se encuentran los bienes que integraban el patrimonio del negocio, principalmente el carro metálico, que podrían estar bajo embargo. Por otra parte, aunque no se pudo confirmar oficialmente, la deuda existente con la Intendencia por el pago del canon ascendía a unos cuarenta mil pesos. También habría deudas con proveedores.
La instalación del carrito generó debate cuando sus dueños lo instalaron junto a la Plaza Artigas. Después, en 2006, se llegó a un acuerdo -también cuestionado por algunos- que establecía la instalación del carrito sobre la plaza, la construcción de baños públicos y el mantenimiento de parte del amplio espacio de 18 de Julio y Zelmar Michelini.
«El salserito» trabajó allí tres veranos y dos inviernos, con un servicio que básicamente brindaba minutas y comidas rápidas, en un espacio techado y rodeado con un cerramiento de material plástico. Según fuentes privadas, la situación financiera de la empresa que lo explotaba no es muy buena.
No obstante, aún quedan opciones para estar en la zona de la plaza degustando una bebida o comiendo algo rápido, aunque en el otro extremo.