Locales | 21 Ago El artículo titulado «Paysandú actual» del 27 de marzo de 1897, prosigue, refiriéndose a la falta de casas para alquilar en los siguientes términos:
«Con tal motivo no pocos propietarios se han decidido a refaccionar algunas de sus casas para alquilarlas. Entre ellos está el señor Ciocca que está transformando en dos gran cuerpos de casa el viejo edificio de la calle 18 de Julio que antes ocupó la cervecería del señor Piumatto».
«El estanciero sólo ha realizado un 75 % de sus ganados pues la peste ha traído el aniquilamiento de una parte de aquellos al mismo tiempo que los sucesos produjeron la baja de los animales de faena».
«Agréguese a todo esto que muchos hacendados, algunos de los cuales podríamos citar, no han vendido todavía sus lanas por no sacrificarlas a los bajos precios actuales».
«Otro pueblo que fuera menos laborioso y ahorrativo que el nuestro, y que no estuviese dotado a la vez de tan ricas fuentes naturales de producción, con las calamidades que le han caído encima en el breve término de tres o cuatro meses tendría suficiente para estar aplastado entre los escombros de su ruina».
«Esto no obstante, y la esperanza aferrada de todos los ánimos de que el estado de las cosas actual no puede ser duradero, se nota una verdadera parálisis en nuestra vida económica cuyas consecuencias no es posible predecir».
«Nuestra gran industria saladeril sigue desenvolviéndose dificultosamente, pero realiza al fin sus operaciones del año, en cambio la agricultura, que en algo pudo reponerse del pasado desastre ocasionado por la langosta ve ahora sus últimos esfuerzos malogrados por la sequía pertinaz que se está sintiendo en toda nuestro región agrícola».
«Sólo un pueblo fuerte como el nuestro, de aptitudes especiales para el trabajo y el ahorro y auxiliado por la riqueza incomparable de sus suelos, puede, todavía, mantenerse erguido y fuerte en medio de la borrasca que le azota».