PAYSANDÚ INTERIOR
Edilcio Rivero

Locales | 22 Ago Edilcio Rivero es uno de los tantos que optó por el desafío de vivir en la campaña sanducera. Tiene 50 años y es padre de tres hijos. Nació en Puntas de Gualeguay, tiene un campo «muy chico» y saca sus vacas al camino porque «ahora no se consigue con facilidad terreno para pastar».
Tiene 35 lecheras que le dan una pequeña producción que utiliza para consumo familiar y para comercializar, pero sirve también para colaborar con la escuela 18 de Barra de Gualeguay, de la que fue alumno y recuerda con alegría y un poco de nostalgia.
Aseguró que «las cosas están algo difíciles, porque no abunda el trabajo. Antiguamente se conseguía con mayor facilidad, pero hoy es más complicado».
Sus recuerdos le dibujan rápidamente una sonrisa, típica de quien oculta alguna picardía, y rescata de su etapa escolar cuando junto a otros compañeros le ganaron «al cuadro grande» que competía en campeonatos de fútbol chacarero en la zona. De entonces recordó los nombres de Miguel Etchenique y «el Bocha» Rivero. Su relato denota claramente la pasión que siente por la vida en el campo. De hecho confiesa que «nunca me gustó la ciudad» y aunque tuvo algunas posibilidades de emigrar, siguió apostando al lugar que lo vio nacer, convencido de que su vida está allí. Rivero hizo referencia a buenos y malos momentos. Uno de los pasajes que catalogó como más interesante fue cuando «en 1990 estuvo encargado en la estancia de De León, en campos de Buricayupí», donde estuvo trabajando unos cinco años. Y no dudó en afirmar que «el momento más complicado es ahora», ya que desde febrero anda con sus animales «de un lado para el otro tratando de que coman».
Consultado sobre si había soportado daños durante la reciente tormenta de granizo, aseguró que si bien no los hubo él sabe «cortar las tormentas»: «con algunas palabras» logra controlar al fenómeno. «Hay gente que cree y otra que no, pero eso va en cada uno», finalizó.