HISTORIA

Locales | 23 Ago El informe del ingeniero agrónomo Teodoro Alvarez sobre los Corrales de Abasto de Paysandú continúa indicando:
«El galpón de matanza»
«El tren, después del trayecto indicado, llegó a su destino, atracando a nivel del piso de los galpones de carneada, bastante espaciosos, abiertos a todos vientos, con buenos techos de fierro galvanizado, piso de piedra loza, provisto en el medio de su longitud de rieles, donde corre una zorra en toda su extensión que conduce las reses desde el brete donde se desnucan, a la cancha de trabajo».
«La res se descarga por un mecanismo fácil, se degüella inmediatamente, se le desuellan las patas y la cabeza; enseguida se suspende por poleas para ser desollada completamente así suspendida; es en esto en lo que consiste la modificación, pues todos nuestros mataderos de desollan en el suelo, donde se revuelcan más o menos la carne, cuando no se tienen suficientes precauciones».
«La res suspendida se desangra mucho mejor, de un modo completo, puede decirse; la sangre corre por el piso inclinado, mezclada con las aguas de lavaje, hacia una canaleta de Pórtland que la conduce hasta el arroyo mencionado, que pasa a poca distancia».
«El galpón tiene capacidad para trabajar con 40 reses a la vez, si necesario fuera, pero sólo se utiliza para 25 - 28 que constituye por el consumo diario de la ciudad».
Corrales y bretes
Nada tienen de particular; solo diremos que se enlaza de a pié desde el brete con suma facilidad: la res es cinchada por una yunta de caballos que la conduce al punto donde se desnuca; cae sobre la zorra que forma parte del piso del brete, y es sacada a la cancha con solo abrir cada vez un pequeño portón».