HISTORIA: 1903

Locales | 26 Ago El informe sobre características y actividad de los Corrales de Abasto de Paysandú finalizaba destacando la tarea del Dr. Juan Ferraris así como el funcionamiento del matadero. Expresaba: «Las reses decomisadas se encierran inmediatamente pero el abastecedor no pierde el precio del animal; hay un impuesto destinado a ese objeto que se llama Impuesto del veterinario; el abastecedor paga por cada res que carnea $0,25; con esa suma se ha formado un fondo para pagar por su valor las reses decomisadas». «Existen también otros impuestos como el Matanza, de un centésimo cincuenta por cabeza y cuyo destino en el reparto es el siguiente: centavo 0,80 para instrucción pública; 0,40 para el Hospital y 0,30 para la Junta».
«Terminada la tarea del día, se cargan las reses en los vagones de carne, que pueden conducir diez reses cada uno al Mercado de Paysandú, pagando 0,60 por cada res. La carne se carga sirviéndose de ganchos especiales para que no sea tocada por las manos».
«Los vagones se lavan diariamente con potasa. Todas estas innovaciones han costado trabajo implantarlas; la rutina de nuestra gente de campo preferiría seguir doblando el espinazo, a desollar de pié y con toda la comodidad a la altura de la res, con un piso limpio y rodeado de higiene, que verdaderamente agrada contemplar». «Al regresar a la ciudad felicité sinceramente al Doctor Ferraris, por el estado del matadero que dirige, agradeciéndole la satisfacción que desde aquel momento nos proporcionó de comer con mayor gusto la carne de Paysandú. El matadero de Montevideo tiene un buen ejemplo para imitar. Teodoro Alvarez».