Paysandú, Viernes 29 de Agosto de 2008
Deportes | 27 Ago Lo que está a la vista es que los ingleses deberán sudar la gota gorda para superar lo que Beijing 2008 mostró al mundo. Y, tras haber visto tanta tecnología —que quizá nunca llegue por estos lados—, da la sensación de que será complicado.
Los 29º Juegos Olímpicos que recientemente cerraron sus puertas depararon muchas sorpresas, también algunas decepciones, pero más allá de todo generaron una impresionante presión para que Londres 2012 intente superar lo que mostraron los chinos.
Lo primero a destacar es que, justamente los locales, parecen haber despertado definitivamente en el aspecto deportivo, más allá de las maravillas que construyeron para deleitar a deportistas, dirigentes y el mundo entero. Estos Juegos de Beijing entrarán a la historia porque China alcanzó por primera vez el objetivo de desplazar a Estados Unidos del primer puesto del medallero, lugar al que los norteamericanos estuvieron siempre abonados, pero que perdieron en manos de las 51 preseas doradas cosechadas por la delegación anfitriona. Beijing 2008 permitió que China fuera además el país más destacado en gimnasia, uno de los puntos altos de cualquier cita olímpica. Pero la historia dirá que, a lo largo de los días en que los uruguayos nos desvelamos en la madrugada o aprontamos demasiado temprano el mate, la rusa Elena Isinbayeva batió por 24ª oportunidad su propio récord y que estuvo a punto de tocar las nubes para quedarse con el oro en salto con garrocha.
Dirá también que fueron los Juegos en los que el tenista suizo Roger Federer llegó destronado por el español Rafael Nadal, y que el asturiano se quedó con el oro casi sin transpirar.
Pero señalará también que en Beijing se disfrutó de los atletas más rápidos del planeta, provenientes del país de las palmeras, las blancas arenas y el reggae, encabezados por Usain Bolt, que batió el récord en los 100 metros llanos y que también alcanzó el oro en los 200, para luego darse el lujo en la posta jamaiquina.
Aunque en letras de oro estará lo que hizo el nadador norteamericano Michael Phelps, cuyo nombre fue repetido hasta el cansancio incluso por aquellos que no tienen empacho en decir que no les interesa el deporte y que no tienen idea siquiera de cuántos metros tiene una piscina olímpica. Es que Phelps maravilló al mundo al cosechar ocho medallas de oro, con siete récord mundiales y uno olímpico por las dudas, para transformarse en el deportista que más preseas ha ganado en unos Juegos, y el que más medallas cosechó a lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, sumando sus triunfos en Atenas 2004. Eriza la piel el simple hecho de razonar lo logrado por el norteamericano de 23 años, pero más todavía con lo que puede alcanzar en las próximas citas olímpicas.
Después habrá que recordar que Estados Unidos confirmó que su básquetbol es de oro, que Argentina logró su segunda presea dorada consecutiva en el fútbol, y seguramente quedarán en la memoria algunas imágenes difíciles, como cuando el pesista húngaro Janos Baranyai se dislocó su codo, o cuando el crédito local Liu Xiang se lesionó en una salida en falso en los 100 metros con vallas.
Beijing 2008 se despidió a lo grande; como empezó. Londres 2012 es el próximo objetivo olímpico pero si bien habrá que esperar, lo brindado por el deporte en lares chinos da la posibilidad de disfrutar de excelentes recuerdos hasta entonces.
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