Locales | 23 Ago El abastecimiento de materia prima plantea desafíos siempre renovados en la producción de biodiesel, ante el encarecimiento por la demanda mundial de oleaginosas como el girasol y la soja. Pero si bien no descarta experimentar con otras posibles fuentes de aceite, la empresa todavía no está en condiciones de encarar otras alternativas, dijo el ingeniero Fernández, director de Indisur.
Explicó que «está por ejemplo la colza, que se está cosechando en la zona de Colonia, y hay algunos granos, sobre todo en Brasil, pero el tipo de clima que tenemos nosotros no es apropiado para el desarrollo del cultivo de estos granos». Observó que tampoco es una alternativa valedera importar la materia prima desde largas distancias, «y no se justifica nada que no sea plantado acá por el alto costo del flete. Pensamos en el abastecimiento a través de Copagran, que es producción de la zona».
Consultado respecto a la posibilidad de usar tártago o «mamona», como se le llama en Brasil, dijo que «de esa planta se extrae el aceite de ricino, que sirve a estos fines. Pero no sabemos qué tipo de cosecha hay de este oleaginoso y a qué superficie se podría llegar, aunque se dé bien en nuestro país». «Se podría sí crear superficies importantes si hay seguridades para el agricultor de que se va a comprar el producto. Es importante además que se genere rotación de cultivos, como podría ser también la combinación de colza y girasol, y también sirven el maní, la semilla del algodón, aunque acá no se da por el clima».
«Hay mucho para investigar todavía, porque el biodiesel es relativamente nuevo por esta zona, pese a que sea muy viejo en sus orígenes, y los primeros motores diesel que se inventaron se diseñaron para ser usados con aceite vegetal», expuso.
Acotó además que «acá se va a mezclar porque es ley, pero no es necesario mezclarlo para usarlo en motores», y que es también un aporte muy significativo contar con un comprador cautivo como Ancap.