Opinion | 30 Ago Según las cifras divulgadas por el jefe del Programa de Investigación en Epidemiología del Instituto Catalán de Oncología, Xavier Bosch, la mínima cobertura de prevención que tienen los países en desarrollo, sobre todo América Latina, son determinantes para que se presente una incidencia alarmante de cáncer de útero.
El experto advirtió que «Latinoamérica está muy desprotegida. Si no conseguimos vacunar de forma masiva y sostenible, la posibilidad de una propagación del cáncer de útero será cada vez mayor».
La reflexión fue formulada en el marco del Congreso Mundial del Cáncer, que durante cinco días reúne a más de 2.500 especialistas de todo el mundo.
Bosch subrayó que el 80 por ciento de los casos de cáncer de cervix se registra en los países en desarrollo, con el agravante de que es el cáncer con más incidencia en mujeres pobres y jóvenes.
Precisamente entre los factores que dan la pauta del por qué de las diferencias entre las naciones ricas y las pobres, se encuentra que en las desarolladas está vigente un cuidadoso tramado en prevención primaria —controles ginecológicos— y secundaria —apuntando a detener el proceso de la enfermedad ya detectada—, en tanto en los países del Tercer Mundo, como norma general, el control es mínimo.
El virus del papiloma humano, que origina este cáncer, se detecta en las primeras etapas del proceso, en que se puede tratar con medicamentos y en caso de estar avanzado, se puede operar sin que se haya llegado a detectar el cáncer. La detección precoz y la vacunación son la clave para revertir esta alta incidencia en los países en desarrollo y por lo menos aproximarla a los países industrializados. Hacia esta dirección deben encaminarse países como Uruguay, donde es menester poner mayor énfasis en la prevención en todas sus fases, incluyendo a la vacunación masiva de las niñas antes de que comiencen su vida sexual activa, como recomienda el especialista catalán.