Opinion | 03 Sep En los últimos tiempos la Universidad de la República parece haberse dado cuenta que durante más de 150 años le ha dado la espalda al Interior, creando un centro de estudios terciario netamente capitalino financiado con el aporte de todos los uruguayos.
Es así que la nueva política de apertura de la universidad estatal busca proyectarse en el Interior a través de nuevas opciones educativas de carácter local, con un perfil diferente a las clásicas carreras que imparte en Montevideo. Si bien esto representa un gran avance en materia de descentralización, dista mucho de ser una solución para el estudiante que pretende alcanzar un título universitario de primer nivel, como doctor en medicina, abogacía, contador, etcétera, para lo cual necesariamente tendrá que dirigirse a la capital para poder cumplir su sueño.
Sin embargo, hoy sería técnica y económicamente posible trasladar al menos algunas de estas carreras a todos los departamentos del Interior a través de aulas electrónicas como la que cuenta el Centro Universitario de Paysandú, donde se han realizado algunas experiencias exitosas. Las aulas electrónicas son salones equipados con videoconferencia, donde a través de un monitor se ve al profesor dando la clase y permite que el alumno efectúe las preguntas pertinentes por medio de una cámara de video instalada en el local.
El docente, a la vez, cuenta con varias pantallas por las cuales accede simultáneamente a todos los centros remotos, por lo que resulta muy similar a estar sentado frente a los alumnos. Asimismo, los trabajos encargados, las pruebas y exámenes se podrían realizar en los propios centros universitarios locales a través de Internet, para lo cual lo único que se precisa es una persona encargada del salón para controlar que todo se lleve a cabo con las máximas garantías.
Es obvio que esto sólo es posible en carreras donde no se requiera de laboratorio o práctica in situ, como Medicina o Ingeniería, pero sí en otras más teóricas como abogacía, ciencias de la educación o hasta periodismo. Sin embargo, en ciertos casos aún se podrían concentrar las horas, por ejemplo una vez por semana, de forma que el alumno solo tenga que viajar cuatro veces al mes para cumplir la práctica específica.