Rurales | 04 Sep Los precios de los granos marcan la continuación de la tendencia descendente de las últimas semanas en función de ocurrido en el petróleo. Las últimas dos semanas han sido de precios estables. Tras el feriado del lunes en Estados Unidos, el equilibrio podría quebrarse. En buena medida ello dependerá de la evolución climática y del estado de los cultivos. Las cotizaciones mantienen las referencias de la semana anterior: en el eje de U$S 440 a U$S 445 para la soja 2009. Entre U$S 270 y U$S 280 para el maíz, U$S 230 por el sorgo. En cultivos de invierno el trigo se mantiene en el eje de U$S 285.
Los datos oficiales de siembra de cultivos de invierno marcaron un fuerte crecimiento en el área de trigo (459.000 hectáreas), que casi duplicó el área del año pasado (245.000 ha) y fue la mayor desde 1977 y un descenso de 12,5% en los de cebada (121.000 ha, frente a 138.000 de la semana anterior).
En tanto, el descenso de cebada no estaba inicialmente previsto, aunque se explica por los bajos rendimientos y los problemas de calidad de la zafra pasada.
En lo que respecta a cultivos de verano, la intención de siembra para la próxima zafra prevé un área de 501.000 hectáreas de soja, 8,4% superior a 2007/08. La oleaginosa fue la que menos se incrementó en relación al ejercicio anterior (462.000 ha), aunque es con una gran diferencia el principal cultivo de verano. La superficie estimada para sorgo y maíz para cosecha de grano seco se incrementó 24% y 16% respectivamente.
El sorgo para grano seco representó el año pasado aproximadamente el 30% del total de siembra de este cultivo, por lo que si se mantiene esta relación, es posible que el sorgo tenga un área cercana a 250.000 hectáreas. Un importante aumento de 54% se estima en girasol, alcanzando así 58.000 hectáreas, por lo que llegaría a la misma superficie que en 2005/06. Uno de los datos divulgados por el MGAP el viernes que resultan más llamativos son los de un rendimiento muy bajo de soja en la pasada zafra. El rendimiento promedio fue de 1.673 kilos por hectárea, 1.826 para la soja de primera y 1.518 para la de segunda. La necesidad de mejora en los rendimientos es clave dado en encarecimiento de los insumos y la tierra. El dato marca una caída de 21% respecto al año anterior cuando el rinde fue de 2.127 kilos y la productividad más baja desde 1999/2000.