Paysandú, Jueves 11 de Septiembre de 2008
Locales | 06 Sep Mientras se aguarda que el Consejo de Educación Primaria realice el llamado a licitación para la construcción de un nuevo edificio para la Escuela Nº 58 de pueblo Esperanza, la Inspección Departamental solicitó que se instale un aula prefabricada y dos baños químicos para mejorar las condiciones en que estudian 86 niños que desde hace tres meses han sido ubicados en dos salones.
A fines de mayo un grupo de padres de alumnos, preocupados por el estado del edificio en el que funcionaba la escuela plantearon a las autoridades departamentales de Primaria y a la Intendencia de Paysandú que no se continuara con el dictado de las clases allí debido a las malas condiciones en que se encontraba el mismo. El viejo local escolar, que había entrado en una situación de grave deterioro en los últimos 30 años, tenía problemas de humedades, desprendimiento de revoques, el sistema eléctrico estaba en estado precario, mientras que la madera del cielorraso de tejuela presentaba roturas y había peligro de desprendimientos.
Por razones de seguridad y luego de una inspección técnica del arquitecto residente de Primaria, las autoridades departamentales de Primaria decidieron suspender las clases debido a la inseguridad edilicia del local, que tiene más de cien años de antigüedad y total falta de mantenimiento, ya que últimamente la ANEP no le realizó mejoras -la última fue en el 2002 con dineros provenientes de la venta de la playa de contenedores, cuando se arreglaron los techos- por tratarse de un inmueble privado.
El mobiliario de la escuela fue trasladado hacia dos centros comunales existentes en Esperanza, uno propiedad de la Intendencia y otro de Mevir, que ofrecieron un salón cada uno para instalar a los escolares.
Es así que los ochenta y seis alumnos de la institución educativa retornaron a las clases el lunes 2 de junio pero en condiciones que distan de ser las ideales para el funcionamiento de una escuela.
En el centro comunal municipal, que cuenta con un salón de aproximadamente doce por cinco metros, se imparten clases a unos cuarenta niños, diez de Educación Inicial, un grupo de 5º y otro de 6º año. En tanto, en un salón de Mevir -ubicado a unas tres cuadras del anterior y de dimensiones similares- se ubicó a otros 46 niños; correspondiendo a los grupos de 1º, 2º, 3º y 4º año.
En cada uno de estos salones las diferentes clases comparten el mismo espacio de trabajo, ya que no hay en la localidad otros espacios adecuados para albergar a los escolares y esta ha sido «la mejor solución» encontrada a la problemática.
FUNCIONAMIENTO PRECARIO
Después de tres meses de los hechos relatados, nada ha cambiado para los escolares de Esperanza. Y en la Inspección Departamental no tienen noticias sobre el llamado a licitación para construcción de un edificio escolar en un predio propiedad de Primaria existente en la localidad, el que incluso cuenta con una base de hormigón, puesto que años atrás se comenzó a construir allí una escuela prefabricada cuyas obras quedaron inconclusas.
Dicho llamado debe ser realizado desde la Gerencia de Inversiones del Consejo de Educación Primaria, en Montevideo, puesto que las inspecciones departamentales sólo están autorizadas a hacerlo en los casos que involucren obras de un costo menor a 282.000 pesos.
Consultado al respecto, el inspector departamental de Primaria, maestro Heriberto Ghibaudi, informó que en las últimas horas solicitó que el Consejo de Primaria destine a la Escuela Nº 58 de pueblo Esperanza un aula prefabricada y dos baños químicos, como solución paliativa y transitoria hasta tanto se construya el nuevo local escolar.
«La escuela está funcionando muy precariamente en salones comunales y se vio necesario incorporar un aula prefabricada para que el año próximo, cuando esté en construcción la escuela, tengan al menos otro salón y baños químicos para poder funcionar medianamente bien», dijo el jerarca a EL TELEGRAFO.
También recordó que el traslado de los niños del viejo edificio donde funcionaba la escuela se debió a una «situación de emergencia».
Meses atrás, cuando las clases debieron ser trasladadas a los lugares donde hoy se imparten, el maestro Arturo Cabral, quien en ese momento estaba a cargo de la Inspección Departamental, señaló en conferencia de prensa que «la directora del Consejo de Educación Primaria, Edith Moraes, me aseguró que estaba haciendo gestiones para lograr que la Gerencia de Inversiones destinara rubros rápidamente para iniciar las tareas de construcción de una nueva Escuela 58».
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