Deportes | 10 Sep A pesar de que sufrió la pérdida del cristalino y desprendimiento de retina en el ojo izquierdo, el futbolista sanducero Ignacio Schneider, jugador de los Gallos Blancos de Querétaro que el fin de semana recibió un codazo en el terreno de juego, no perderá el ojo y se espera que, al menos parcialmente, recupere la visión.
En el encuentro del domingo jugado en el Estadio Azteca entre Gallos Blancos y Socio Aguila, Schneider recibió un fuerte golpe con el codo de parte del brasileño Izaías Ramos. Producto del impacto, el jugador del Querétaro cayó al césped con el ojo ensangrentado, por lo que de inmediato fue retirado del campo y llevado al vestuario.
Al percatarse de la gravedad, el cuerpo médico del equipo decidió trasladar a Schneider a un hospital de la ciudad de México, donde fue intervenido quirúrgicamente de inmediato.
El presidente del conjunto queretano, Ulises Zurita Reyes, dijo que si bien se espera que el sanducero recupere la vista será en menor proporción a la normal, al tiempo que reconoció que la recuperación del ex jugador del Paysandú Bella Vista es «un milagro» pues los especialistas «nos habían dicho que sus probabilidades eran de una entre mil y sucedió, así que ahora esperamos otro milagro: que pueda jugar nuevamente».
El médico del club, Armando Vélez, dijo que tras la cirugía y un estudio preliminar, el ojo izquierdo del sanducero percibe ciertas luces, a pesar de que solo ve sombras.
«Tenemos un pronóstico reservado a este tipo de lesiones deportivas, a nivel ocular, debido a que es un órgano tan sensible, que requieren muchos cuidados higiénicos, antibióticos y de reposo. Ignacio es un hombre fuerte, sano, con toda la voluntad del mundo para salir adelante y espero que eso ayude a su pronta recuperación», dijo.
Se espera que en las próximas horas Schneider vuelva a ser sometido a otra intervención quirúrgica en el ojo, quedando pendientes las dos fracturas que le causó el golpe.