Paysandú, Martes 16 de Septiembre de 2008
Policiales | 16 Sep Un conocido delincuente de 27 años apodado «El Caballito» poseedor de múltiples antecedentes penales que días atrás debiera ser internado en el Hospital Escuela del Litoral tras ser mordido por un perro de raza Rottweiler cuando pretendía escapar de la Policía, fue capturado en la madrugada de la víspera por personal de la Seccional Segunda luego de haber ingresado a una casa ubicada por Silván Fernández, cerca de la Zona Industrial.
Como informó EL TELEGRAFO, Ernesto Fabián García Acosta, de 27 años, alias «El Caballito», estaba sindicado como autor de varios hurtos cometidos en las últimas semanas, por lo que se había requerido su captura a todas las dependencias policiales. Días atrás, el delincuente fue visto por funcionarios policiales en la zona de Entre Ríos y Avenida José de San Martín. Al notar la presencia policial, el delincuente emprendió rápidamente la fuga, por lo que los efectivos actuantes solicitaron apoyo y se montó un amplio operativo en la zona.
Los funcionarios policiales rastrillaron minuciosamente el área hasta determinar que «El Caballito» podría estar oculto en una casa, por lo que se cercó la finca. En un momento determinado, los policías escucharon un fuerte grito y observaron al delincuente saltar el muro de la casa.
Al detenerlo, se observó que presentaba una importante herida en la parte posterior de la pierna derecha, estableciéndose que había sido mordido por un perro propiedad del dueño de la finca en la que se había ocultado.
recibio el alta
El delincuente estuvo internado en el citado nosocomio hasta recibir el alta en las últimas horas, no presentándose ante la Policía como había dispuesto la Justicia. García Acosta permaneció prófugo hasta que, próximo a las 5 de la madrugada del sábado, decidió ingresar a una casa ubicada por Baltasar Brum, probablemente ante la presunción de que sus moradores estaban ausentes. Con ese fin, rompió el vidrio de una ventana del frente de la finca y accedió al living, en donde comenzó a causar un gran desorden en procura de hallar algún efecto de valor. El ruido causado por el ladrón fue escuchado por la dueña de casa, quien se encontraba durmiendo y alzó la voz para preguntar si había alguien en el interior de la finca. «El Caballito» esperó, inmóvil, que la señora volviera a dormirse, y regresó a su labor. No obstante, el ruido ocasionado volvió a despertar a la dueña de casa y ésta pidió por la ventana a un vecino que solicitara la presencia de la Policía.
no pudo escapar
Al arribar los funcionarios policiales, García Acosta emprendió la fuga en dirección al depósito de leña de una fábrica ubicada en las inmediaciones con el propósito de ocultarse en ese sitio. No obstante, las recientes heridas causadas por el can le impidieron en esta ocasión escapar de la Policía, pese a que debió ser reducido por la fuerza para procederse a su detención. Conducido a la comisaría e interrogado, dijo no recordar lo sucedido ya que se encontraba bajo los efectos de la droga.
La Justicia dispuso que García Acosta fuera procesado con prisión por un delito de violación de domicilio.
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