Paysandú, Martes 16 de Septiembre de 2008
Locales | 16 Sep La reciente ablación de órganos realizada por técnicos del Banco de Órganos y Tejidos a un paciente fallecido en el Hospital Escuela del Litoral, determinó una situación polémica porque algunos familiares presentaron una queja por la determinación tomada.
La donación de órganos es una decisión personal de los ciudadanos, en caso que decidan donar o se nieguen a ello, pero «toda persona mayor de edad fallecida sin haber expresado su voluntad en contrario, cuya causa de muerte amerite pericia forense, será considerada donante», según establece la Ley 17.668, modificatoria de la Ley 14.005.
Hace algunos días, en el Hospital Escuela del Litoral ingresó una persona herida que resultó con muerte cerebral. «Se lo declaró clínicamente muerto a las 9 de la mañana, y alrededor de las 23 se le realizó la ablación de órganos por los técnicos del Instituto de órganos y tejidos», explicó a EL TELEGRAFO una fuente del HEL. El procedimiento implicó que una vez confirmada la muerte del ciudadano, y dado que cumplía con todos los requisitos establecidos por ley desde que intervenía un forense para realizar la autopsia, se comunicara al instituto competente.
Después del informe médico correspondiente, en el que quedó claro que se lo mantenía respirando con equipos médicos pero con muerte cerebral y con la decisión judicial mediante, los médicos llegados desde Montevideo realizaron la ablación (extirpación) de los órganos. Luego se entregó el cuerpo a los deudos para velarlo y posteriormente, como establece la ley, hacerle la autopsia por el forense judicial y luego darle sepultura.
«Hacía doce o trece años que no se hacía un informe para la ablación de órganos en Paysandú», comentó nuestro informante, asegurando que «hubo muchos otros casos en que debería haberse hecho, pero no se había informado». Se indicó que de ahora en más, cada caso de los estipulados por la ley será comunicado oportunamente a las autoridades correspondientes».
LO DICE LA LEY, EXPLICÓ
EL JUEZ DALERA
«Me basé en la Ley, y no puedo hablar del caso porque el expediente aún está en presumario», dijo a EL TELEGRAFO el juez penal de 4º Turno, Pablo Dalera, quien actuó en el caso.
El juez reconoció que el Banco de Órganos y Tejidos pidió la autorización judicial «basándose en la ley 17668». Dijo que de acuerdo con la ley si la persona que fallece no dijo nada en contrario a la donación, «es un donador legal, según lo dice el artículo 1», y la pericia forense se realiza ante casos de muerte violenta, por un accidente «o si fallece una persona y hay alguna duda de cómo falleció, siempre se manda pericia. Generalmente yo mando siempre pericia forense en caso de una persona encontrada muerta en la casa, porque aunque digan que sufría del corazón, si no se hace la pericia no se sabe realmente de qué falleció».
Dijo que esta ley «se aplica normalmente cuando la institución lo solicita, como en este caso que lo solicitaron ellos. Ahí se reúne el juez y el médico forense, analizan el tema y la ley, y dan la autorización o no». La decisión se toma con rapidez, «eso tiene que ser urgente, porque no se puede esperar por la duración de los órganos».
Quienes deciden el tema «según dice la ley, son los jueces penales y es una resolución inapelable. Eso es lo que dice la ley y lo que hacemos los jueces es aplicar la ley», culminó.
QUE DICE LA LEY
La primera ley que establece y normaliza la donación de órganos, es la 14.005, aprobada en agosto de 1971 y con la firma de Alberto Abdala como presidente del Senado y Jorge Pacheco Areco, presidente de la República.
El 15 de julio de 2003, durante la presidencia de Jorge Batlle y con Luis Hierro como presidente de la Asamblea General, se aprobaron modificaciones a la ley anterior, lo que quedó reflejado en la ley Nº 17.668 de Trasplantes de Órganos y Tejidos.
Un total de ocho artículos fueron modificados y la redacción final, en sus principales inicisos –y que hacen a esta nota- establece en su artículo primero que «toda persona mayor de edad en pleno uso de sus facultades podrá otorgar su consentimiento o negativa, para que en caso de sobrevenir su muerte, su cuerpo sea empleado, total o parcialmente, para usos de interés científico o extracción de órganos o tejidos con fines terapéuticos».
Dice más adelante que «el consentimiento o la negativa deberá ser recabado al momento de afiliarse a una institución de asistencia médica colectiva, al gestionar o renovar el carné de asistencia que expide el Ministerio de Salud Pública, al gestionar la obtención o renovación del carné de salud ante cualquier institución pública o privada habilitada, al alta de internación de un establecimiento público o privado, siempre que el médico tratante no haya consignado a texto expreso al firmar el alta en la historia clínica, que no corresponde la consulta por razones médicas fundadas». Detalla que «toda persona mayor de edad fallecida sin haber expresado su voluntad en contrario, cuya causa de muerte amerite pericia forense, será considerada donante. La extracción deberá ser realizada con la autorización del Juez Penal competente y el Médico Forense de turno, la cual será inapelable y debidamente fundamentada, sin violentar el área de prueba y se labrará un protocolo que se adjuntará a las pericias».
EL 16 DE NOVIEMBRE
«Declárese al tercer domingo de noviembre de cada año como Día Nacional de la Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos». Así lo dispuso el Parlamento uruguayo, por lo que el 16 de noviembre se recuerda la importancia que se le da a la donación voluntaria de órganos y tejidos.
En Paysandú hay distintos lugares donde se puede confirmar la decisión de efectuar la donación de órganos, como es el Hospital Escuela del Litoral y Comepa, sin desmedro que en otras instituciones también puede hacerse pública esa voluntad y compromiso. Como corolario de esta historia, desde el HEL se comentó que el domingo viajó hacia Montevideo una jovencita sanducera y se sumó al viaje un muchacho de Young, ya que se confirmó que existía la posibilidad de contar con dos riñones para sendos trasplantes. El donante fue un uruguayo que falleció en un siniestro de tránsito en Montevideo. Los dos muchachos, la sanducera y el younguense, recibieron un «nuevo» riñón ayer mismo en el Hospital Italiano de la capital.
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