OPINIONES

Locales | 21 Sep De espaldas al pueblo
Durante mucho tiempo el Frente Amplio dijo ser pueblo, pero llegó al gobierno y sigue con los arreglos entre cuatro paredes. Me refiero, concretamente, al tema de los precandidatos para las elecciones internas. Recordemos que la ley que las reglamenta llegó porque uno de los partidos promotores fue el mismo Frente Amplio, que siempre tiene varios discursos, cada uno de acuerdo a la ocasión.
Hasta ahora se han hecho dos elecciones internas previas a las elecciones nacionales. En las primeras comparecieron en el Frente Amplio Vázquez y Astori; en la segunda solo se hizo un amague, porque solo fue Vázquez el precandidato, ya que él mismo no dejó que Astori compareciera. Eso de tener para elegir solo uno lo han hecho (y lo hacen aún) los regímenes autoritarios (recuérdese Lenin, Hitler, Castro, etcétera). Uno solo para elegir, no es elegir. No es democrático. Hasta esa elección nos tapaban el ojo, porque los demás eran «malos» y ellos buenos.
Llega la elección interna de 2009 y, entre cuatro paredes, aparecerá la fórmula; pero no será la de los precandidatos, sino la única. Si eso pasa, los dirigentes del Frente Amplio nos ignorarán, otra vez, a los que votamos y no nos parece el mejor candidato ni Astori ni Mujica. El pueblo los tiene que elegir; pero parece que nuevamente todo va a salir de entre las cuatro paredes de este partido de gobierno. Y de espaldas al pueblo.
Los otros partidos, de los que se dijo que eran esto y lo otro, sin embargo respetan la ley. Y el que gana las internas es el candidato. En todas las elecciones internas han tenido puja por el candidato a presidente; sin embargo, en el actual partido de gobierno, no. ¿Quién dice que al no tener inconvenientes por su candidato preferido (el único), no hayan intervenido en las elecciones de otros partidos?
Yo me doy cuenta, ahora, de esa muy buena jugada de Vázquez en 2003: «¡¡¡Danilo, retirá tu postulación!!! (Hacelo... total, cuando vayamos al FMI te voy a anunciar como ministro de Economía)». Y así fue. Después le pagaron al Fondo Monetario y brindaron hasta con Mujica y una rubia bonita. Vázquez fue el arquitecto de su triunfo, con muchas mentiras entre medio, y nos sigue mintiendo. Pero ahora es peor, porque es el presidente de todos los uruguayos. Hace pocos días dijo que encontró el país en ruinas y lo reconstruyó (Últimas Noticias). Y muchos medios de prensa lo repiten como si fuera verdad. En ruinas le quedó a Batlle y en su mismo gobierno pudo superarlo y entregárselo a Vázquez con un crecimiento de la economía muy importante. Hechos reconocidos por el mismo Astori. A la hora de decir la verdad, el gobierno de Vázquez no ha sido el más humilde en los gastos. Ha tenido unas recaudaciones fabulosas con el impuesto a los que trabajamos, han vendido todo lo que cuando eran «oposición» dijeron que no se podía vender. Por ejemplo Ancap, que no se podía asociar, se asoció con otros y el presidente de Ancap es el presidente de una empresa «mixta»; Pluna, que no se podía vender, se vendió y ahora parece que está en bancarrota; el Banco Comercial también se vendió, pero cuando vendieron otro banco anteriormente, fue espantoso el circo que hicieron; a El Espinillar hubo que ponerle muchísima plata, pero nadie la vio; y las propiedades del Banco de Seguros, todas se vendieron. ¿Y dónde está el patrimonio...? En los viajes de más de 100 acompañantes que hace Vázquez en el avión «baratito» que compró... Lo de Vázquez mentiroso viene desde mucho tiempo atrás. Como buenos socialistas, dijeron en 1989 que las privatizaciones que hacía la intendencia de Montevideo de la recolección de la basura eran malas.
Pero Vázquez llegó a Intendente de Montevideo y amplió las privatizaciones de recolección de basura; después Arana privatizó las plazas... Ahora, todo está «concesionado».
El progresismo socialista en Paysandú privatizó la organización de la Semana de la Cerveza, llamó a privatizar los moteles de las termas, privatizó la recaudación, también las barométricas y capaz que alguna otra cosa de esas que no difunden mucho.
El partido de gobierno gobierna entre cuatro paredes y mintiendo. La última: el gobierno dice que no hay inflación, pero nadie que vaya todos los días al almacén o supermercado le puede creer.
Defraudado