Paysandú, Miércoles 24 de Septiembre de 2008
Locales | 22 Sep MONTEVIDEO (Por Teddy Alvarez). En el foro organizado por ACDE, bajo el título «La alternativa nuclear: ¿una propuesta para un país sustentable e independiente?», no solo se escucharon opiniones a favor de esta opción, sino que presentaron todo un plan energético que tiene como eje central la instalación de una central nuclear. En ese marco, Carlos Maggi aseguró que «la salvación de Uruguay pasa por una central nuclear».
Junto a Maggi, que habló como referente de la sociedad, participaron el senador Walter Campanella, el ex subsecretario de Energía ingeniero Carlos Amorín y el ingeniero Ariel Joubanoba, ex jefe de Planificación y Control Operativo y actual Asesor de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.
Maggi pronosticó que el país aceptará la energía nuclear, porque se trata de una «sociedad abierta». «Pienso que Uruguay podrá superar el prejuicio contra la energía nuclear, del mismo modo que aceptó lo que otros países no aceptaron: la prohibición de fumar porque produce cáncer», enfatizó. Asimismo, sostuvo que «los uruguayos necesitan cambiar su actitud teórica», subrayando que «la energía hidroeléctrica es la más barata, pero termina siendo la más cara», porque «tenemos que prender las usinas térmicas que funcionan con derivados del petróleo».
«La mentalidad del poder en Uruguay está teñida por la mentalidad de UTE, que no considera relevante el precio del servicio; y esto es una enfermedad que infunde todo monopolio, porque el precio se impone y la gente no puede más que consumir y pagarlo. Es importante que la energía sea barata y todo esto me lleva a decir que la salvación de Uruguay pasa por una central nuclear», afirmó.
LOS RESTANTES EXPOSITORES
Walter Campanella opinó que «el sistema político está dormido», porque «no se da cuenta que ese año la factura por petróleo será superior a los U$S 1.500 millones en el año», cuando «el total de exportaciones cárnicas de 2007 fue de U$S 1.000 millones». Dijo que ha estado trabajando con un equipo de ingenieros, desde hace cuatro años, en un trabajo titulado «Alternativas para la expansión del sistema eléctrico nacional», que fue presentado al Senado en 2006, al presidente Vázquez en 2007 y a los ministros de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra y Daniel Martínez, así como a todos los partidos políticos y sus referentes, por cuanto el tema «es una política de Estado»: «la energía es clave y no se puede cambiar todos los días».
«Solo un milagro explica que un país que depende de la lluvia y la importación de petróleo tenga energía. Estamos acostumbrados a pensar en enano; nos cuesta pensar en grande», sentenció. Campanella, que fuera director de Salto Grande e intendente de Treinta y Tres, puntualizó que son «los más pobres los que más pagan la energía», añadiendo que «en el Interior cada vez hay más velas prendidas y luz de faroles». El trabajo «analiza todos los pasos: la realidad nacional, regional y mundial, cada una de las opciones con sus ventajas y desventajas» y también propone «soluciones concretas con reactores probados», ya que Uruguay «no está en condiciones de entrar en la aventura de los prototipos».
Por su parte, el ingeniero Carlos Amorín se refirió a la alternativa nuclear como una propuesta ambientalmente sustentable y aseguró que los mayores avances tecnológicos en el tema nuclear se han hecho precisamente en temas de seguridad.
A la vez, el ingeniero Joubanoba recordó que «en el pasado crecimos con sustitución de importaciones». Ahora, «la situación actual nos da la oportunidad de desarrollarnos susti- tuyendo los combustibles fósiles que importamos».
EL PLAN
El plan que se presentó en el evento es a mediano plazo (del 2008 al 2017) y tiene un costo de U$S 3.500 millones en la década. Abarca varios aspectos: «interconexión con Brasil, incorporación de gas natural regasificado con Chile, proyectos hidroeléctricos cuyo costo de generación estén por debajo de la unidad térmica de menor costo variable, eficiencia energética con cogeneración en la industria con suministro a la red, disminución de pérdidas, certificación de la construcción, funcionamiento del mercado eléctrico mayorista, inserción de generación eólica remunerada en el mercado spot; ‘electrificación’ de la energía, biocombustibles (cogeneración a partir de los residuos industriales de la madera y central nucleoeléctrica de 700 MW netos. La opción nuclear escogida por el trabajo es un reactor CANDU-6, con una potencia eléctrica nominal bruta de 740 MW, un costo de U$S 2.500 millones y un plazo de construcción de 66 meses. El combustible es uranio natural o ciclos de combustible avanzados y la vida útil de 60 años, con una entrada en servicio a partir del año 2017». Joubanoba aclaró que la selección de esta alternativa se basa en que «es el menor módulo disponible en el mercado, compatible con el tamaño del sistema integrado uruguayo-argentino». De esa forma «se descartan reactores prototipo y se toman en cuenta el uso de uranio natural, la versatilidad en el uso de ciclos de combustible, con el uso de torio, la seguridad comprobada y la poca reactividad en el núcleo».
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