Deportes | 22 Sep Estaba todo a pedir de boca para Sud América.
Los naranjitas llegaban como líderes del Clausura y si bien Independencia había ganado a primera hora dándoles alcance en la tabla, la bifranja había bajado al escolta Huracán.
Por eso, y teniendo en cuenta los antecedentes, se podía esperar que Sud América hiciera su trabajo y dejara por el camino a Juventud Unida para mantenerse arriba y soñar con el título. Pero pese a lo que pensaba, todo fue de la Juve: la pelota, el terreno, las ideas y los goles.
Es que el equipo de Ramón Silvera se paró mejor en el terreno, ganó la mitad de la cancha en forma clara y Velázquez apareció despierto para mover los hilos. Así no extrañó que Jorge abriera el marcador y que sobre el final de la primera parte Benítez aumentara de penal, sobre todo si se tiene en cuenta que recién a los 35’ Sud América tuvo su primer acercamiento al arco verdolaga.
Como si fuera un combate de boxeo, el técnico Alcides Salles debió haber esperado ansioso la campana del descanso para rearmar un equipo al que antes de finalizar el primer tiempo corrigió con una variante.
Y vino como anillo al dedo. Porque Sud América fue otro y superó su mala primera parte para sorprender a Juventud. Inella se transformó en el conductor y se dio el gusto de anotar el descuento tras interesante jugada. Los naranjitas arremetieron, Juventud se replegó y Peralta aprovechó para marcar el empate.
El líder no se resignaba, quería seguir de largo tras una gran reacción, pero al final terminaron intercambiando ataques para beneficio del espectáculo.
Cúccaro se mandó flor de jugada sin suerte, e Inella metió un pase de novela que no pudo ser aprovechado. Fue empate, pero para Sud América ese punto significó mucho más que lo que vale. STB