ESCUELA 53 DE COLONIA
ARROYO MALO

Locales | 26 Sep Visitar o pasar por una localidad, paraje, pueblo o villa y no llegar por la escuela, puede tomarse como una falta para quien desee obtener datos de la zona o información sobre el lugar de referencia. Es que el establecimiento escolar rural es el punto intransferible de referencia para el que cruce por cualquier centro poblado.
Durante nuestra recorrida semanal llegamos hasta la Escuela 53 de Arroyo Malo, donde sorprendimos a los niños en plena tarea: resolviendo los problemas matemáticos que el maestro había escrito hacía escaso minutos en el pizarrón. No significó mucho esfuerzo para los pequeños dejar lo que estaban haciendo y salir al patio central de la escuela para ser registrados en una foto. Mientras saltaban como pulgas para tomar su posición, el maestro Fernando Piñeiro, joven docente oriundo de Tacuarembó, nos relató rápidamente que los niños hacen huerta, acondicionan el jardín de entrada y sienten el establecimiento como propio.
El cuidado del entorno escolar es prioridad para los alumnos. Compartir las más diversas tareas que hacen durante la semana de clases forma parte de un sentimiento que va más allá de cumplir con la rutina curricular. Cuando ya estaban todos ubicados para la toma, uno de los pequeños advirtió que el busto de José Artigas había quedado de espaldas y con inusitada rapidez, al grito de «¡esperen, esperen, que voy a dar vuelta el busto para que el general salga de frente!», generó una espontánea risa entre los presentes, que sorprendidos solo atinamos a sacudir la cabeza.