Locales | 21 Sep Más de noventa sociedades tradicionalistas participan en el XIV Encuentro con el Patriarca y compartieron, bajo el cielo estrellado de la Meseta, una noche de fogones a pura tradición.
A las 21 todavía se mantenía la caravana de vehículos que llegaba a la Meseta, en tanto los organizadores estimaban en unas 3.000 la cantidad de personas que se encontraban acampadas a la orilla del río Uruguay.
Cientos de fogones con abundante brasa, ollas de agua hirviendo y otras con sendos guisos o busecas preparadas a fuego lento entremezclaban apetitosos aromas con otros provenientes de parrillas con carne asada.
Aquí unas guitarras, allá un acordeón, de un parlante salía la más amplia variedad de tonadas folclóricas y en algún otro se «colaba» una cumbia, mientras, el escenario principal convocaba a mucha gente que poco a poco se animaba al baile.
«La verdad es que se entremezclan un poco los sentimientos, porque nos reunimos aquí en una fecha próxima al aniversario de la muerte de Artigas y por otro lado también recordamos su memoria y festejamos la vigencia de su ideario», dijo a EL TELEGRAFO Eduardo Bonilla, presidente de la Asociación de Sociedades Tradicionalistas.
«Esto para nosotros es una fiesta, desde que comenzó no he faltado nunca», aseguró en un campamento Berto Carballo, quien dejó de revolver la buseca para buscar en un bolsillo la billetera y extraer de ella un carné que exhibió a esta cronista y lo identifica como integrante de una sociedad tradicionalista salteña. «Antes veníamos en caballos y carros, esta vez somos sesenta jinetes», agregó.
«Estamos muy contentos, esto nos encanta. La noche en la Meseta y los fogones son lo mejor», dijeron Pablo, Luciano, Juan y Mario, jóvenes de 15 años y compañeros del liceo «Los Maristas» de Durazno. «Hace cuatro años que venimos, esta vez somos 15 jinetes y 3 personas de apoyo. Otras veces somos más pero ocurrió que algunos se fueron a la Exposición del Prado», dijeron mientras compartían unos mates.
Otros jugaban a las cartas, caminaban entre los campamentos, recorrían los puestos de venta y disfrutaban de la velada artística o simplemente se sacaban las ganas de bailar como en una fiesta. En tanto, para las escuelas e instituciones de los alrededores, el Encuentro con el Patriarca es también una oportunidad de hacerse de algunos pesos. El encargado de la parrilla de una escuela de la zona dijo que trabajaba para colaborar con el centro de estudios y que «esta es una linda oportunidad para hacer un beneficio». Gaseosas, choripanes, chorizos y cortes de asados crudos o listos para consumir, es lo que suelen vender estos puestos.
La zona de camping de la meseta tiene ondulaciones en el terreno, razón por la cual según dónde uno se encuentre ve campamentos más arriba o más abajo. Anoche, desde la cumbre de la meseta, casi al pie mismo del Monumento, la vista de los fogones salpicaba los alrededores de puntos de luz. Como el truco –que no se juega solo—o los valores (que requieren enseñanza y ejemplo), el secreto de encender el fuego y hacer una buena comida para compartir es algo que se transmite de generación en generación. Todo eso se sentía vivo anoche en la Meseta y la gran cantidad de jóvenes que había en el lugar da la pauta de que la llama sigue encendida en tierras del Patriarca.