Locales | 28 Sep Otra vez
represión policial
La indisciplina y el abuso de autoridad se hicieron presentes una vez más por parte de efectivos policiales que no han entendido bien cual es su tarea. Como en reiteradas oportunidades, los jóvenes fueron testigos, esta vez en termas de Guaviyú, de cómo el aparato represivo del Estado sigue violentando y arremetiendo en contra de los derechos humanos.
Al parecer, el dueño de uno de los comercios en nuestro centro termal denunció un robo. Esto bastó para que los «indisciplinados de siempre», milicos abusadores de poder, se sintieran con el derecho de allanar la carpa de nuestros compañeros y llevar detenido, preso, a uno de ellos. Según nos enteramos después, buscaban a un rubio alto que habría sido el infragante. Cuando nuestro compañero fue presentado ante el dueño del local, éste dijo a los atropellados policías que no era «ese» que habían llevado detenido. ¡Y después tenemos a todos gritando y quejándose por la inseguridad! ¿Cómo se debe haber sentido nuestro compañero, que ante la mirada atónita de los presentes quedó desorientado? Por si fuera poco, antes de llevarse a nuestro compañero, expulsaron del centro termal a todo el «grupo de la carpa verde», que después del trago amargo que pasaron, no se tuvieron que retirar. Mirábamos con impotencia la cara dolida de aquel joven angustiado y furioso, también impotente él y sus otros compañeros por esta animalada que se repite y se repite en cada punto de nuestra ciudad. Pero claro, este joven de pelo voluminoso con algún que otro piercing y con algunos tatuajes idealistas encajaba en la descripción del sospechoso. Por si fuera poco, no había bebido ni un gramo de alcohol y estaban preparando el asado.
En estos momentos en que se cometen en plena democracia estos atentados a las personas, es que nos volvemos a plantear para qué están. Los policías deben tener la disciplina suficiente para ser servidores y establecer el orden público. No podemos tener payasos que llevados por el instinto y la intolerancia arremeten contra jóvenes, opacando su descanso y haciendo que la intolerancia se apodere también nuestro.
Este hecho ocurrió entre las 11 y las 12 del lunes 22 del corriente. Habrá que pedir explicaciones a la Drección de Turismo y al Ministerio del Interior. Por último, debemos replantearnos el manoseado tema de la inseguridad y ver quiénes son los que están más inseguros en esta sociedad en la que aún se siente que los dictadores no entienden de democracia. Estemos alerta a este tipo de incoherencias. El Búo