Paysandú, Jueves 02 de Octubre de 2008
Locales | 29 Sep Si bien en Paysandú no existen actuamente focos conocidos de las dos especies de vinchucas que transmiten la Enfermedad de Chagas, nuestro departamento está en permanente contacto por vía terrestre con áreas donde esta afección es endémica por la presencia de la vinchuca, como son fundamentalmente Tacuarembó y Rivera, por lo que existe una zona expuesta en la franja de la Ruta 26 sobre todo, que es objeto de permanentes pesquisas y acciones preventivas de la Dirección Departamental de Salud, señaló a EL TELEGRAFO el oficial de Higiene de esta dependencia, Julio Baptista.
Este fue consultado a propósito de una realidad que se manifiesta en Argentina, que involucra la urbanización de la vinchuca, al darse condiciones propicias para su hábitat en asentamientos marginales, lo que actualmente no se presenta en Urugay, pero que puede ocurrir si no se actúa en la parte preventiva.
Explicó el entrevistado que una de las vinchucas transmisoras es la «triatoma infestans», de color amarillo y negro, y la «triatoma rudoviaria», que es la roja y negra, que «siempre fue de hábitos silvestres».
Amplió que esta última «siempre ha aparecido en el medio del campo, y lo que ha ocurrido es que se han eliminado los focos de la variedad infestans, que son puramente domiciliarios y se han encontrado situaciones en las cuales no se ha hallado esta variedad pero sí la «triatoma rudoviaria», que ha emigrado hacia los peridomicilios, es decir en el entorno de los hogares».
Evaluó Baptista que «esta manifestación se da por lo tanto en gallineros, alrededores de la vivienda cercanos, etcétera. Quiere decir que el insecto que antes era muy silvestre ahora está buscando hábitos muy cercanos a las residencias».
«En las recorridas que realizamos permanentemente al interior rural siempre estamos en contacto con las policlínicas de las respectivas localidades, en las que tratamos la prevención del dengue, pero no descuidamos otros temas, como el de la vinchuca, entre otros de salud que se manifiestan en esas áreas», precisó.
Agregó el oficial de Higiene que «hacemos una tarea de prevención y luego derivamos determinados casos a las policlínicas para los estudios. A veces se trata de pacientes ya crónicos, pero no tenemos infestaciones agudas, es decir muy recientes».
«Se trata de personas a las que se les ha detectado la enfermedad después de mucho tiempo, de muchos años».
Subrayó que las vinchucas de peridomicilio «prácticamente no se ven en la ciudad, no las hemos encontrado, y el último foco que encontramos de vinchuca fue en el año 1984, en zonas cercanas al Hospital y en el área de la estación de ferrocarril. Desde ese entonces no hemos tenido».
«El foco que tuvimos de ‘triatoma infestans’ en el medio rural, concretamente en la Ruta 26, data de 1993-94, por lo que la incidencia actual de la vinchuca podríamos decir que es mínima. Pero, como estamos en contacto por tráfico pasivo y demás en la Ruta 26, con Tacuarembó y Rivera, donde sí hay lugares con focos de vinchuca, ahí ponemos énfasis en una vigilancia permanente», explicó.
Destacó que «la vinchuca puede trasladarse en forma pasiva entre las pertenencias de la gente de campo, como recado, valijas, ponchos, enseres varios, ovillos de lana, y puede ocurrir incluso cuando se mudan con sus pertenencias a otra estancia».
Recordó que la contaminación ocurre cuando la vinchuca infectada pica a una persona y luego defeca. Al rascarse, el ser humano abre heridas en su propia piel por las que puede infectarse con la Enfermedad de Chagas, que también puede ingresar por las mucosas.
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