Paysandú, Viernes 03 de Octubre de 2008

El uruguayo «no tiene cultura» en donación voluntaria de sangre

Locales | 29 Sep Si bien Uruguay desarrolla una campaña casi continua para lograr donantes de sangre, esto «no tiene el resultado que uno desearía», dijo el médico. «Hay una estimación del servicio nacional de sangre que dice que el Uruguay debería tener 130.000 donantes de sangre anuales. No se ha llegado a esa cifra, lo más que se alcanzó fue 115.000, pero ahora disminuyó». El técnico adjudica esta situación a que «no tenemos la cultura de la donación voluntaria. En general, la donación de sangre que hace el uruguayo es exigida por un familiar o un amigo por una intervención quirúrgica. Pero no existe una cultura de donación voluntaria, que vaya dos o tres veces al año. Porque el uruguayo no dice voy a donar sangre, dice tengo que donar sangre, está exigido».
Dijo que en otras sociedades es distinto, como por ejemplo «en Europa, particularmente en Francia, la cultura de la donación voluntaria es muy importante». La idea sería que tres o cuatro veces al año, cuando un ciudadano pasa cerca del hospital o de Comepa, done un poco de su sangre, porque «tenemos que tomar conciencia que hoy somos donantes, y no sabemos si mañana podemos tener alguna enfermedad o la necesidad de ser operados, seremos pacientes y quizás tengamos la necesidad de tener sangre disponible para la operación. Y ahí nos vamos a dar cuenta de la importancia de la donación de sangre, que es un elemento biológico limitado y es un bien de la sociedad, no es privado».
HAY SEGURIDAD, Y
«SE ES ESTRICTO»
En el uso de sangre para transfusiones «se es muy estricto, porque hay que lograr la excelencia, la seguridad transfusional, para lo cual hay una instancia de selección del donante».
La donación de sangre también tiene algunas ventajas para el ciudadano, y es que «se hace un interrogatorio médico, hay exámenes previos y posteriores a la donación, estudios serológicos que nos van a asegurar que la sangre de ese donante no va a transmitir enfermedades como el Sida, hepatitis B o C que son los mayores problemas, o la enfermedad de Chagas. Hay suficientes marcadores para enfermedades de transmisión por vía sanguínea. Y a medida que las técnicas diagnósticas van evolucionando, estamos tendiendo a lograr mayores niveles de seguridad, cercanos al 100 por ciento». También, en forma indirecta, es una seguridad para el propio donante, en cuanto su salud sanguínea es normal. Otra de las opciones que tienen los ciudadanos, es la transfusión «autóloga». Esto es que «el propio paciente puede donar sangre para que pueda ser luego transfundida a sí mismo, por ejemplo en una operación coordinada. Ese paciente es derivado al servicio de Hemoterapia con una antelación de 15 o 20 días antes de la cirugía programada, puede entrar en ese sistema, y es una transfusión 100 por ciento segura porque va a recibir su propia sangre y no va a tener contaminación de ningún tipo».


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