ESCRIBE EL DR. RODOLFO CANABAL

Locales | 30 Sep Tal como ha trascendido ampliamente, la Universidad de la República analiza en profundidad proponer diferentes reformas al régimen actual que rige su organización y sus servicios, que comprende reformas a su actual ley orgánica sancionada en 1958 y a numerosos aspectos de sus actividades docentes y de posgrado, a todo lo cual se alude como Actualización de dicha ley y Segunda Reforma Universitaria.
La importancia del tema induce a aportar, en esta columna, algunos elementos informativos relacionados con una cuestión de tanto interés y tanta trascendencia, aunque su amplitud no haga posible, en este inicial abordaje de tal esfuerzo, sino aportar elementos meramente informativos acerca de los contenidos de varios de los documentos que se han estructurado durante el presente año. Su comentario, por tanto, deberá ser aplazado para una próxima oportunidad.
Hacia febrero del año en curso, entre la documentación referida se expidió un «Plan de trabajo del Equipo rectoral», bajo el título «Para impulsar la Reforma Universitaria». Este documento culmina con la manifestación, que sintetizamos, de que bajo la noción de «Segunda Reforma Universitaria» se comprende la revitalización del ideal latinoamericano de universidad comprometida con la sociedad, gratuita, cogobernada, democrática en lo interno y orientada a colaborar con la democratización de la sociedad en su conjunto; la generalización de la enseñanza avanzada, de calidad y conectada con el trabajo creativo, para lo cual es importante la práctica conjunta de la enseñanza, la investigación, la extensión, pilares del ideal latinoamericano de universidad; finalmente, la construcción de una Universidad para el Desarrollo, que implica potenciar las capacidades universitarias para la solución de los «problemas de interés general», según refiere el artículo 2 de la Ley Orgánica.
Emitidas luego por el Rectorado las «Notas para la actualización de la ley orgánica de la Universidad de la República» en marzo de 2008, en junio de este año el Consejo Directivo Central (CDC) llamó a la comunidad universitaria a un amplio intercambio de ideas y solicitó su opinión a la Asamblea General del Claustro. Esa asamblea resolvió transmitir, a todas las entidades universitarias, que se analizaran los fines de la Udelar; una estructura académica que permita una autonomía más profunda y evolutiva; la estructura de gobierno de la Universidad; discusión sobre inclusión de funcionarios no docentes; estructura de un sistema de educación terciaria. Pide, además, la reafirmación de los siguientes postulados vigentes: libertad de opinión y de crítica y libertad de cátedra; revitalización del cogobierno como elemento de conducción democrática y como escuela del ejercicio de la ciudadanía; gratuidad de la enseñanza.
Otros documentos, entre ellos de la FEUU, Alternativa Universitaria y Corriente Gremial Universitaria (CGU) se agregaron a la amplia documentación existente. Finalmente, el Rector y las autoridades universitarias convocaron a una muy amplia reunión, que se realizó los días 13 y 14 de setiembre en Solís. Durante su desarrollo, en cuatro talleres se abordaron los problemas fundamentales con amplitud y solvencia. Destacamos, entre las muy numerosas cuestiones planteadas, solamente algunas: la necesidad de mantener el CDC, pero que delegue en el CED (Consejo Ejecutivo) las potestades que aseguren la ejecutividad del servicio; además, la necesidad de estudiar la descentralización de muchas competencias. Hubo acuerdo en mantener la gratuidad de los servicios, pero no para que los posgrados también lo sean; tampoco hubo acuerdo para la creación de un Centro de Posgrados Interdisciplinario, ni para que rector y consejeros sean electos por elección directa y que los funcionarios no docentes integren con voto los órganos de dirección. Fue también objeto de análisis el mantenimiento o eliminación de la obligatoriedad del voto. Se analizó también la eventualidad de que exista un organismo de control extra-universitario, que se encargue de la evaluación de la Universidad.
Como es fácil advertir a través de los rubros precitados, fueron muchas y trascendentes las cuestiones que merecieron el solvente análisis de los concurrentes. Las exposiciones no fueron obviamente coincidentes; aunque sí fueron emitidas en forma muy respetuosa, algo que quien escribe, que tuvo el honor de haber sido invitado como integrante, en calidad de suplente, de la Asamblea General, y por tanto de haber estado presente, señala con agrado. Lo expuesto es un adelanto, que se entiende de interés, sobre tan importante episodio. Próximamente se analizarán algunos puntos concretos.