Paysandú, Martes 07 de Octubre de 2008
Policiales | 05 Oct La semana pasada, remitiéndonos al accionar impune de las «patotas» en las calles sanduceras, relatamos la experiencia de un joven que fuera brutalmente golpeado por un grupo de individuos al descender de su vehículo en una estación de servicio céntrica. En esta oportunidad, solicitamos el testimonio de un vecino de la zona Noreste de la ciudad, quien cansado de la ola delictiva que se abatía sobre su vecindario decidió organizar a los vecinos para exigir respuesta de las autoridades tanto policiales como gubernamentales. Hoy, a varios meses de emprender su cruzada contra la inseguridad y tras recibir una golpiza, este ciudadano sigue aguardando respuestas.
Según relató, a principios de año, el accionar de patotas integradas fundamentalmente por menores mantenía atemorizados a los vecinos, a quienes el miedo impedía abandonar sus hogares por muchas horas.
«En su momento se reunían ‘barras’ acá en la esquina y por ejemplo, a pleno día, llegaron a arrancar carteras, le robaron a una señora trabajadora, hubo varias agresiones y una vez a unos viejitos les robaron a plena luz del día cuando salieron a caminar. Acá era tierra de nadie», relató.
La impunidad con que actuaban los delincuentes llevó a que este vecino, junto a otros damnificados, comenzara a movilizarse para solicitar mayor efectividad de la policía y respuestas concretas desde el ámbito político.
Juntaron firmas, convocaron a los medios de prensa, pero mientras las los delincuentes seguían haciendo de las suyas, la Policía insistía en que la escasez de personal impedía la realización de patrullajes más efectivos. Los vecinos no se amilanaron y convocaron tanto a la clase política como a los medios de comunicación, al tiempo que elevaron un documento a los legisladores, donde exigieron el cumplimiento de las leyes y solicitaron que si nada podía hacerse para retener a los menores infractores, fuesen sus padres quienes respondieran por ellos ante la Justicia. Sin embargo, los violentos se salieron una vez más con la suya y volvieron a demostrar que podían situarse por encima de la leyes.
Cobarde agresión
Poco días después de reunirse con los vecinos y solicitar la presencia de políticos y autoridades policiales, este vecino debió soportar una cobarde agresión que aún permanece impune. Una noche, mientras conversaba con un amigo en plena vía pública, a pocos metros de un expendio de comidas, un desconocido se le acercó y lo llamó por su nombre. Él pensó que venía a saludarlo, pero en cambio el sujeto lo tomó a golpes, mientras otros dos que observaban la agresión, se limitaban a preguntarle si los conocía.
«Fue una persona que estaba con otras dos. Luego le dije todo a la Policía, pero hasta el día de hoy no los han encontrado», relató.
Si bien no obtuvo respuesta de las autoridades, la desagradable experiencia lo motivó a seguir trabajando por la seguridad del barrio y asegura que hoy, a varios meses de aquellos incidentes, la criminalidad disminuyó gracias a que los vecinos están mejor organizados y se cuidan entre sí. No obstante, observa con preocupación los anuncios del gobierno y opina que el nuevo Plan Integral de Seguridad servirá de poco si no se hace algo concreto respecto a la minoridad infractora.
«Respecto a la decisión de la ministra (Daisy Tourné) de sacar más policías a la calle, yo pienso que eso no servirá de nada, porque a los menores (infractores) van a seguir entregándoselos a los padres. Entonces ese menor va a seguir delinquiendo a la media hora», afirmó y dijo que nada cambiará «hasta que no se haga responsables a los padres o al tutor, a través del artículo referente a la Patria Potestad. La ley está pero no se aplica», subrayó.
Larga espera
Al referir a la actitud de la clase política ante sus reclamos, afirmó que aún sigue esperando respuestas, pero reconoció que a veces la oposición posee pocas herramientas para sensibilizar al gobierno.
«Acá hubo muchas promesas, se arrimaron muchos políticos (...) Pero muy poquitos nos dieron una mano presentando los papeles (proyecto de ley) en Montevideo», recordó y dijo que la presencia policial sigue siendo escasa.
«La ‘pasada’ de la Policía sigue siendo tan esporádica como antes. Los móviles no se ven, y no ha pasado nada por el gran cuidado que tienen los vecinos», subrayó.
No obstante, a pesar de todo lo que le tocó vivir, se manifiesta satisfecho porque el trabajo mancomunado de los vecinos dio sus frutos y actualmente los delincuentes ya no son quienes mandan en el barrio. «Hasta el momento no han robado más en este barrio», aseguró.
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