Locales | 03 Oct Sacrificio y dedicación. Fortaleza de gente comprometida con el trabajo diario y aquellos visionarios que un día imaginaron que su sueño podía transformarse en realidad solo con esmero y constancia.
La comunidad de pueblo Gallinal sabe de ese compromiso. Hace treinta años, unas cincuenta familias impulsadas por el sentimiento que solo puede provocar el hecho de no querer irse del lugar, decidieron apostar que su futuro estaba en el territorio que los vio nacer.
Hoy llegó el tiempo de contar con un motivo de encuentro que va más allá de la rutina. Porque de las alegrías también vive el hombre.
La fiesta de la citricultura que se celebró por primera vez en pueblo Gallinal es en esencia la expresión más significativa de una comunidad que necesita algo más que mantener su fuente laboral. Es como saborear el fruto cortado tras una generosa cosecha. Es cuando el patrón estrecha su mano con un reconocimiento que va más allá del pago de un jornal y cuando el obrero se e-norgullece de pertenecer a la causa.
Un video compartido por los directivos y funcionarios de la empresa Azucitrus sintetizó el reconocimiento a todos los hombres y mujeres que día tras día hacen posible la vida de pueblo Gallinal y su mayor fuente de trabajo: las plantaciones de naranjas.
Gallinal vivió dos días de intensas emociones a través de una fiesta que simboliza el esfuerzo de todos aquellos que con sus manos hacen posible que su más preciado tesoro –la naranja– trascienda fronteras, llegando así hasta la mesa de los hogares más apartados del planeta.
Y como siempre ocurre en este tipo de acontecimientos sociales, una comisión trabaja mucho tiempo antes para que no se pierda detalle alguno, pues es la posibilidad para que las instituciones de la comunidad puedan mostrar sus actividades y los poblados vecinos se sumen a la fiesta.
Así de simple y sin mucho protocolo, niños, adolescentes, adultos y veteranos vivieron dos días intensos de exposiciones, muestras, deportes, espectáculos musicales y desfile.
Durante los festejos se destacó la habilitación del telecentro de Antel y la inauguración de la Casa Joven en el edificio integrado a la junta local. También se lució la feria de expositores locales –tanto de jóvenes como del grupo de la tercera edad– y pudo apreciarse la Muestra Fotográfica Itinerante «Historias Paralelas», que la sección «Interior» de EL TELEGRAFO presentó en la oportunidad y que recorrerá las ocho juntas locales del departamento.
Paralelamente, fue tiempo de disfrutar de los espectáculos artísticos musicales, destacándose en la noche del sábado una velada boxística y la actuación del grupo de danzas tradicionalistas Sierra de Tambores y de la Revista de adolescentes de la misma localidad. En tanto, Larbanois–Carrero tuvo a su cargo el cierre de la primera jornada. Por su parte, el domingo se destacó el desfile de aparcerías y una actividad deportiva con la organización de un decatlón y baby fútbol, para finalizar con la actuación de Se Nos Canta, articulada por los Centros MEC.