Opinion | 10 Oct En los últimos días fueron identificados e incautados más de 2.600 kilos de harina de contrabando en Rivera, Paysandú y Bella Unión. El operativo fue realizado por funcionarios que integran equipos móviles de las Administraciones Aduana de Rivera, Paysandú y Bella Unión, en conjunto con la Dirección de Coordinación Operativa y Territorial que realizaron una decena de inspecciones en procura de interceptar los cargamentos de harina ingresada al país de contrabando.
En Bella Unión se ubicó en una fábrica de pastas un cargamento compuesto por 1.200 kilogramos de harina, mientras que en una panadería fueron encontrados otros 650 kilogramos de la misma harina. En ambos casos el producto era de origen argentino y los propietarios no contaban con documentación que acreditara que el ingreso al país de ese producto se hubiera concretado en forma legal. Otros 780 kilogramos de harina, también de origen argentino, fueron decomisados cuando pretendían ingresarse en una lancha.
Más allá del perjuicio que significa para la economía uruguaya cualquier producto ingresado de contrabando, en el caso de un producto alimenticio como la harina se incrementa el impacto ya que se pone en riesgo la salud de la población. Las actuaciones técnicas que se realizaron sobre la materia prima incautada confirmaron la carencia de hierro y ácido fólico, componentes que por ley nacional deben incluir las harinas procesadas en los molinos uruguayos. Dicha ausencia ratifica que no se trata de un producto industrializado en el territorio uruguayo y por lo tanto confirma el contrabando. Empero, más allá de ello, lo grave del asunto es que las mismas pericias identificaron que la harina se elaboró con granos de trigo destinados a semilla y por lo tanto con tratamientos de pesticidas agrícolas no aptos para el consumo humano. La harina, como materia prima de productos panificados frescos y secos, fideos, pastas y demás subproductos destinados al consumo humano es un ingrediente del que debe guardarse celosamente su calidad y pureza. Cualquier maniobra que se haga, sea cual sea el motivo, es atentar contra la salud pública y ello amerita un castigo ejemplarizante.