Locales | 04 Oct En la última sesión del órgano deliberativo departamental, la edila nacionalista Patricia Vásquez Varela abordó el cierre del local de comida en la explanada Norte de plaza Artigas. Recordó que la bancada del Partido Nacional en su momento discrepó con el anuncio de su realización –notificada por el Ejecutivo departamental el 28 de setiembre de 2006- por «vicios de forma e incompatibilidad con la ordenanza del Plan Urbanístico votada en 2003 por unanimidad de las tres bancadas políticas de la Junta, ya que la plaza Artigas está catalogada como grado 4, hasta una nueva revisión del plan, etapa muy demorada por cierto en esta administración municipal. Según el artículo 168 (de dicha ordenanza) el grado 4 corresponde a un ‘máximo valor patrimonial’ y debe ‘ser conservado integralmente, debiéndose suprimir agregados y alteraciones indebidas’».
«No solo se invadió la plaza –acotó- con las obras llevadas a cabo por la Intendencia, rompiendo parte de sus tradicionales canteros y de la explanada donde los niños suelen andar los fines de semana con sus bicicletas, sino que el objetivo del proyecto fue dotar de baños públicos a ese lugar de esparcimiento. Esto se diluyó en una realidad de tan solo tres gabinetes higiénicos de pequeñas dimensiones». La edila añadió que «ese servicio se fue tornando deficiente, con vidrios rotos que hasta hoy se mantienen así y con limitaciones para su uso, el cual era permitido cuando a solicitud de algún padre o persona mayor, se lograba conseguir el picaporte con el cual poder abrir la puerta clausurada». También citó que «lamentablemente el 15 de agosto del año en curso, la empresa entregó las llaves del local a la Intendencia, ante la imposibilidad de continuar trabajando por la situación financiera deficitaria del negocio. El estado en que se encontrarían los bienes -fundamentalmente el carro metálico- podría ser de embargo, aunque el director de Administración de la IDP no llegó a reconocer esto aduciendo que ‘no lo sabía’. Lo cierto es que hoy al observar nuestra hermosa plaza Artigas, vemos que ese proyecto ideado por la Intendencia fue malo desde el origen y estaba destinado al fracaso. Hoy, además de lo ya citado en la plaza, la IDP pierde lo adeudado así como lo que gasta en seguridad para mantener esos bienes improductivos al resguardo de los vándalos. Pero también pierde el contribuyente sanducero pues la comuna fue omisa en su tarea de contralor, ayudando a una gestión desprolija, en lugar de cuidar los dineros públicos».